En la era de Internet, el incremento de páginas web fundadas por grupos pro-anorexia y pro-bulimia pone en alerta a expertos en salud mental y a progenitores
Tradicionalmente, la anorexia y la bulimia han sido enfermedades solitarias. La gente afectada de un trastorno alimentario suele ser introvertida, perfeccionista y tiende a aislarse de los demás a medida que su enfermedad progresa. Pero en la era de Internet se observa un nuevo fenómeno, la proliferación de páginas web y grupos pro-anorexia y pro-bulimia, fundadas por personas con uno de estos trastornos alimentarios y dirigidas a los mismos afectados. No hay que olvidar que estos grupos fomentan la perpetuación y propagación de estas enfermedades psicológicas, que afectan principalmente a mujeres.
MARÍA JOSÉ VIÑAS
Fecha de publicación: 9 de octubre de 2007
Fecha de publicación: 9 de octubre de 2007
La alarma saltó en agosto, cuando un reportaje de la cadena británica BBC denunció la existencia de numerosos grupos «pro-mia» (a favor de la bulimia) y «pro-ana» (simpatizantes de la anorexia) en dos de los más populares portales de Internet, MySpace y Facebook. Estas dos webs, que tienen como finalidad estrechar las redes sociales de sus usuarios con la gente de su entorno, son extremadamente populares en los países angloparlantes, y cuentan con cada vez más adeptos en España. De los dos portales, Facebook, dirigido a un público joven (estudiantes de instituto, universitarios y jóvenes profesionales), ha incrementado exponencialmente su popularidad en el último año y cuenta en la actualidad con más de 42 millones de usuarios activos.
Webs pro-desórdenes alimentarios
Anna Bardone-Cone, psicóloga de la Universidad de Missouri especializada en desórdenes alimentarios, publicó el mes de septiembre en el International Journal of Eating Disorders un artículo en el que analizaba la influencia negativa que el visitar páginas web pro-anorexia tiene en mujeres jóvenes. Bardone-Cone y sus colaboradores crearon una página web pro-anorexia prototipo, basándose en la observación de más de 300 webs de este tipo. Los investigadores reunieron a un grupo de 235 universitarias de 18 a 23 años y las dividieron en tres subgrupos: uno visitó la falsa página «pro-ana», otro una web de moda que utilizaba fotos de mujeres con un peso normal y otro una página neutra de decoración de hogares.
Anna Bardone-Cone, psicóloga de la Universidad de Missouri especializada en desórdenes alimentarios, publicó el mes de septiembre en el International Journal of Eating Disorders un artículo en el que analizaba la influencia negativa que el visitar páginas web pro-anorexia tiene en mujeres jóvenes. Bardone-Cone y sus colaboradores crearon una página web pro-anorexia prototipo, basándose en la observación de más de 300 webs de este tipo. Los investigadores reunieron a un grupo de 235 universitarias de 18 a 23 años y las dividieron en tres subgrupos: uno visitó la falsa página «pro-ana», otro una web de moda que utilizaba fotos de mujeres con un peso normal y otro una página neutra de decoración de hogares.
Tras esta exposición, Bardone-Cone sometió a las jóvenes a diversos test y comprobó que las universitarias que visitaron la web pro-anorexia mostraban una peor autoestima y percepción de su propia imagen que las chicas que fueron expuestas a las otras dos webs. «Las chicas que visitaron la web pro-anorexia se sentían peor sobre sus cuerpos y sobre sí mismas, con más tendencia a pensar sobre su peso», explica Bardone-Cone. Esta inseguridad se manifestaba independientemente de que las jóvenes tuvieran un peso adecuado a su altura o mostraran sobrepeso.
Además, la visita a la web pro-anorexia tuvo un impacto negativo en el estado de ánimo de las chicas», explica la investigadora. Así, las universitarias expuestas a la página que promovía la anorexia, manifestaron sentirse «disgustadas, culpables, asustadas, avergonzadas y nerviosas», entre otros adjetivos, con mucha más frecuencia que las jóvenes que visitaron las otras dos webs
Malas influencias
Bardone-Cone, que diseñó su página web pro-anorexia antes de que se supiera de la existencia de grupos «pro-ana» en Facebook y MySpace, se manifiesta preocupada por la existencia de estas asociaciones en los populares portales. Los usuarios activos de estas webs suelen visitarlas varias veces al día. Barone-Cone teme que esta alta frecuencia de exposición haga que las chicas que participen en grupos «pro-ana» o «pro-mia» se vean más influidas por las alabanzas a la anorexia y la bulimia. «Las chicas jóvenes que están empezando a construir su identidad son mucho más vulnerables a ser influidas por lo que ven que hacen otras adolescentes a las que se quieren parecer», explica la investigadora.
Bardone-Cone, que diseñó su página web pro-anorexia antes de que se supiera de la existencia de grupos «pro-ana» en Facebook y MySpace, se manifiesta preocupada por la existencia de estas asociaciones en los populares portales. Los usuarios activos de estas webs suelen visitarlas varias veces al día. Barone-Cone teme que esta alta frecuencia de exposición haga que las chicas que participen en grupos «pro-ana» o «pro-mia» se vean más influidas por las alabanzas a la anorexia y la bulimia. «Las chicas jóvenes que están empezando a construir su identidad son mucho más vulnerables a ser influidas por lo que ven que hacen otras adolescentes a las que se quieren parecer», explica la investigadora.
Según la psicóloga, Internet permite a estos grupos, que manifiestan que la anorexia y la bulimia no son enfermedades sino «estilos de vida», presentar su mensaje de múltiples y efectivas maneras: tanto mediante la exposición de fotos de modelos extremamente delgadas a las que califican de ideal de belleza, como mediante foros en los que las usuarias discuten trucos para ayunar exitosamente y esconder la enfermedad a sus familias. Además, esta interacción con otras enfermas ayuda a perpetuar entre las anoréxicas y bulímicas una mentalidad de «nosotras contra el resto del mundo», según afirma Bardone-Cone.
Interrogada sobre cómo pueden los padres evitar que sus hijas adolescentes se embarquen en estas actividades de riesgo, Bardone-Cone se muestra partidaria de mantener los ordenadores con conexión a Internet en una zona común de la casa, donde se pueda observar el tipo de páginas web que los adolescentes visitan. Y si los padres comprueban que sus hijos han visitado una página web pro trastornos alimentarios, la psicóloga recomienda hablar franca y críticamente del tema.
DISTINGUIR UNA WEB PRO-ANOREXIA
Pese a que algunas de las webs que fomentan los trastornos alimentarios intentan disfrazarse de «grupos de ayuda», casi todas comparten varias de las siguientes características que pueden ayudar a hacer saltar la alarma:
Pese a que algunas de las webs que fomentan los trastornos alimentarios intentan disfrazarse de «grupos de ayuda», casi todas comparten varias de las siguientes características que pueden ayudar a hacer saltar la alarma:
--Suelen incluir un 'credo' de la anoréxica-bulímica (declaración de intenciones, tipo «creo en el autocontrol, creo en la perfección y me esfuerzo en alcanzarla»)
--Incluyen muchas fotos de modelos y actrices prácticamente en los huesos (una de las actrices más populares en la actualidad en estos grupos es Keira Knightley, la delgadísima protagonista de Piratas del Caribe), a las que consideran un ideal de belleza. A menudo también incluyen fotos de gente extremadamente obesa, acompañadas de comentarios peyorativos.
--Aportan recomendaciones para adelgazar de manera extrema e intentar esconder el trastorno a la familia.
--Incluyen enlaces a otras web «pro-ana» y «pro-mia».
--Uno de los elementos centrales del grupo es el foro, donde las usuarias pueden pedir consejos, marcarse objetivos de adelgazamiento o incluso aliarse con otras chicas que quieren ayunar, para así poderse animar la una a la otra en sus destructivos esfuerzos.
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