sábado, 29 de diciembre de 2007

TABAQUISMO

La lucha continúa

No es el momento de relajarse. Si se echa la vista atrás, está claro que España ha avanzado en el contrl del tabaquismo. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. El consumo ha disminuido pero continúa siendo alto, sobre todo entre los jóvenes. Además, la Ley del Tabaco permite, entre otras cosas, que se pueda fumar en la mayoría de los bares y restaurantes. Por todo ello, los expertos piden que se refuerce el texto legal para cumplir con el principal objetivo: cuidar la salud de los ciudadanos

MARÍA SAINZ/Elmundo.es
En la calle pasando frío, mientras comen o cómodamente sentados en un bar. Uno de cada cuatro españoles mayores de 16 años sigue fumando, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2006. Aunque este 25% todavía es considerablemente alto, supone un paso adelante en la batalla contra el tabaco; sobre todo si tenemos en cuenta el 40% registrado hace 20 años. La ley del tabaco, que ahora celebra su segundo aniversario, mucho tiene que ver con la disminución en la prevalencia del citado hábito. De hecho, según un estudio realizado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), en los dos últimos años un millón de españoles ha abandonado su adicción al pitillo.

Si bien es cierto que la normativa se ha apuntado varias victorias, también lo es que peca de excesiva autoestima al infravalorar algunos de sus fallos más graves. Unos errores de contenido y de aplicación que la debilitan como herramienta para proteger la salud y que las organizaciones antitabaco no dudan en subrayar. «La ley ha supuesto un gran paso pero no ha sido todo lo satisfactoria que se podía esperar», declara María Ángeles Planchuelo, presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).


CARENCIAS


Con el inicio del año y las elecciones a la vuelta de la esquina, los activistas antitabaco se están poniendo en contacto con los partidos políticos para llamar la atención sobre los puntos flacos del texto legal. Para 2008, piden tres deseos: que se prohiba el consumo de tabaco en todos los lugares públicos, sin excepciones por metros cuadrados de superficie; que el tabaco sea más caro y que se financien los tratamientos farmacológicos y psicológicos, que puedan ayudar en el abandono del consumo.

Los expertos reclaman la total ausencia del humo del tabaco en los lugares públicos por dos motivos básicos. El primero de ellos guarda relación con la salud de los consumidores, fumadores involuntarios y camareros. «El tabaquismo pasivo es la tercera causa de enfermedad y mortalidad evitable. En España, 5.000 personas mueren al año por este motivo», apunta Juan Antonio Riesco, coordinador del Área de Tabaquismo de la SEPAR. La razón principal por la que los hosteleros deciden permitir el consumo de tabaco en los locales tiene que ver con el miedo a perder clientela. Sin embargo, según señala la presidenta del CNPT: «La verdad es que se pueden ganar clientes y puestos de trabajo».

CONTAMINACIÓN

«Los locales en los que se puede fumar presentan una contaminación por partículas finas unas 30 veces mayor que en la calle», asegura la experta.

La segunda razón para vetar el uso de este producto en todos los bares y restaurantes se relaciona con la concienciación social, que resulta esencial para modificar una conducta establecida como es el fumar. En este sentido, Planchuelo insiste en que la percepción del éxito de la ley aumentaría si los locales estuvieran limpios de humo, algo que, a su vez, ayudaría a modificar la mentalidad de los ciudadanos al respecto. Por eso, propone que se informe más sobre las iniciativas para abolir la presencia del contaminante y la razón por las cuales se ponen en marcha. Esta desinformación es otro de los puntos débiles que impiden maximizar la eficacia de la ley.

La mayoría de especialistas coincide en que la subida del precio es 'la gran medida' si se desea disminuir drásticamente el consumo, sobre todo entre los más jóvenes. «Hicimos un estudio de la fiscalidad del tabaco y, de 1997 a 2007, el precio real -adaptado a los salarios y el nivel de vida- sólo ha subido 15 céntimos», explica Planchuelo. Ella misma pide que no sólo se aumente el precio sino que también se retire del cómputo del IPC. De esta misma opinión es Juan Antonio Riesco, de la SEPAR, que aboga por que «los impuestos derivados de la venta de cigarrillos reviertan en el diagnóstico y el tratamiento».

VIGILANCIA

Según este neumólogo, un 70% de los ciudadanos cumple con la normativa. Una cifra que, como contrapunto, casi coincide con la del «sector administrativo y empresarial, que se acoge a los vacíos legales». La vigilancia del cumplimiento se torna fundamental. «Hay que regular lo legislado [...] Estimamos que en los dos años de ley sólo se han realizado 30.000 inspecciones y se han abierto 1.000 expedientes sancionadores. Es importante corregir esas laxitudes al principio porque si no irán aumentando y será más difícil», apuntan desde el CNPT.

El mayor control de la publicidad o de las ayudas a los agricultores también están pendientes. «Queda mucho por hacer. Por ejemplo, no parece que la ley haya tenido mucho impacto entre los más jóvenes», finaliza Riesco. «No será un camino de rosas pero es necesario hacerlo», sentencia Planchuelo.

CÓMO DEJAR DE FUMAR

Es uno de los principales objetivos de la ley: conseguir que los fumadores abandonen un hábito que está mermando su salud y la de los que les rodean. A la hora de dejar de fumar, pida ayuda a un profesional de la salud y no acuda a terapias que no estén científicamente probadas. El médico realizará un diagnóstico de su caso y determinará un tipo de tratamiento.

Lo más habitual es combinar la terapia farmacológica (chicles y parches de nicotina, bupropion o vareniclina) y la psicológica. Si el apoyo es el adecuado, la tasa de éxito puede rondar el 50%. Una cifra elevada en comparación con los que lo logran sin ningún tipo de ayuda: apenas entre un 5% y un 8%. «No se desanime. Fumar es un proceso en el que no siempre se consigue dejarlo a la primera. Hay que intentarlo con seriedad y siempre se puede aprender de los fallos para no cometerlos en el siguiente intento», sugiere María Ángeles Planchuelo, presidenta del CNPT.

PUNTOS CRÍTICOS


Espacios públicos sin humo
. Con la actual ley, todavía se puede fumar en la mayor parte de los bares y restaurantes. La prohibición parcial descuida la salud de clientes, mayores y menores de edad, y trabajadores. Por eso, ya son varios los países que han optado por el veto total.

Mayor precio. España continúa siendo conocida como el estanco de Europa, tal y como refleja el que el 40% de las ventas de tabaco corresponda a turistas y visitantes. Pero, el bajo precio del tabaco no sólo atrae a los extranjeros sino también a los fumadores más jóvenes.

Tratamientos financiados. Como cualquier otra enfermedad, los especialistas en tabaquismo reclaman que los fumadores que deseen abandonar su adicción al pitillo puedan recibir terapia farmacológica y psicológica sin importar su nivel adquisitivo
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