jueves, 13 de diciembre de 2007

ESTILO DE VIDA

Dieta mediterránea, una

receta para vivir más


--Un gran estudio muestra que esta alimentación reduce el riesgo de muerte
--Los más beneficiados son los fumadores que presentan un peso normal


ISABEL ESPIÑO
MADRID.
La clave para vivir más está en el estilo de vida. Dos grandes estudios publicados esta semana así lo confirman: hacer ejercicio y seguir las pautas de la dieta mediterránea reducen la mortalidad.

Ambos trabajos, publicados en la revista 'Archives of Internal Medicine', se basan en una gran base de datos que recoge información sobre los hábitos de miles de estadounidenses mayores de 50 años.

El trabajo sobre la dieta, con casi 400.000 participantes, es el mayor realizado al respecto. "Los individuos que incluyen más componentes clave de la dieta mediterránea (un elevado consumo de verduras, legumbres, frutas, frutos secos, cereales integrales, pescado, grasas monoinsaturadas [aceite de oliva], un consumo moderado de alcohol y bajo de carne) tienen un menor riesgo de morir por cualquier causa, incluido el cáncer y la enfermedad cardiovascular", explica a elmundo.es Panagiota Mitrou, principal firmante del trabajo.

Según su investigación, la mortalidad era un 20% menor entre las personas que seguían estas pautas. Los hombres tenían un 17% menos de riesgo de morir de cáncer, una mortalidad por causas cardiovasculares un 22% menor y un 21% menos de mortalidad por todas las causas. Entre las mujeres, este riesgo disminuía un 12%, un 19% y un 20%, respectivamente.

Las bondades de esta dieta se deben, de acuerdo con Mitrou, investigadora del departamento de Epidemiología Nutricional del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, por sus efectos sobre varios mecanismos, como el estrés oxidativo ("el daño oxidativo de las células, tejidos y órganos en presencia de diferentes exposiciones medioambientales, como el tabaco") y la inflamación crónica. La fibra y los ácidos grasos omega 3 (presentes en el pescado, el aceite de oliva...) han demostrado evitar la iniciación y progresión del cáncer. También el licopeno (una fuente de carotenoides presente en el tomate) y los tocoferoles (en las almendras, nueces y aceite de oliva) han demostrado ser agentes quimiopreventivos.

Mejor en fumadores
La magnitud de su trabajo ha permitido a los investigadores analizar los beneficios de la dieta en función de las características de cada persona. A saber: los que más se benefician de esta alimentación mediterránea son los fumadores, sobre todo los que tienen un peso normal. "Parece que la dieta mediterránea puede desempeñar un papel especialmente importante entre los fumadores, que se caracteriza por elevados niveles de estrés oxidativo y por un perfil adverso de lípidos en la sangre", aclara Mitrou.

De todos modos, como es de esperar, la vida más saludable se da entre quienes no prueban un pitillo: al comparar las tasas de mortalidad de aquellos que eran obesos, habían fumado y además no seguían una dieta mediterránea con la mortalidad de quienes nunca habían fumado, eran delgados y seguían estas pautas alimenticias, la diferencia en favor del segundo grupo era importante: 56% entre los hombres y 61% entre las mujeres.

Ejercicio
El ejercicio, por su parte, también ha mostrado un claro descenso del riesgo de fallecer, sobre todo a causa de enfermedades cardiovasculares. Ya se conocían las bondades del ejercicio, aunque ningún estudio había estudiado hasta ahora sus efectos sobre la longevidad en función de cuántos minutos semanales se ejercite uno. Eso es lo que demuestra el segundo trabajo de 'Archives': incluso hacer muy poco ejercicio (es decir, menos de 30 minutos varias veces por semana) reduce el riesgo de fallecer un 19%.

Eso sí, las personas que siguen las recomendaciones actuales son las que mejores resultados obtienen: más de tres horas semanales de deporte reducen la mortalidad un 27%, mientras que el ejercicio vigoroso (20 minutos, al menos tres veces por semana) mejora la mortalidad un 32%, en comparación con personas inactivas.

También en este caso, personas con hábitos poco sanos se beneficiaban también de los beneficios de este factor: "Nuestros hallazgos mostrando que el ejercicio vigoroso estaba asociado con una aguda reducción de la mortalidad entre personas que veían mucha televisión, lo que indica que la actividad vigorosa tiene el mayor potencial de beneficios entre aquellos que son inactivos", comentan los autores quienes concluyen que "nuestros hallazgos sugieren que embarcarse en cualquier actividad física, por parte de personas que actualmente son sedentarias, supone una importante oportunidad para reducir el riesgo de mortalidad".

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