domingo, 2 de diciembre de 2007

GRAN ANGULAR


Una revolución
desconocida

JOSÉ LUIS DE LA SERNA
IMAGEN
Buena parte de la revolución que se está produciendo en Medicina se debe a los espectaculares avances que han logrado las técnicas de imagen. Basta con acudir a la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Radiología, que se celebra en Chicago, para percibir que esta especialidad es uno de los pilares básicos en los que se sustenta la salud de la mayoría de los países con suficientes recursos para adquirir aparatos modernos. Lo extraño es que una conquista tan rotunda no haya calado en la sociedad de forma parecida a otras alcanzadas por la biomedicina pero de importancia menor. Es poco comprensible que la, de momento inútil, terapia génica o el futurible uso de las células madre -adultas o embrionarias- estén haciendo correr tantos ríos de tinta y lo que puede dar de sí la imagen molecular de las enfermedades neurodegenerativas o del cáncer (por citar algunos ejemplos) esté circunscrito aún a sectores minoritarios.

FALLO
La razón de este despropósito se debe a una carencia importante en la comunicación por parte de las empresas que se dedican a la tecnología médica. Han estado décadas polarizadas en torno a los especialistas en radiología y han olvidado que lo que están desarrollando lo debe conocer también la sociedad. Ir consiguiendo avances en salud para todos será imposible si no se intenta controlar las enfermedades mucho antes de que den síntomas. Para ello habrá que hacer pruebas diagnósticas que hayan demostrado científicamente su eficacia en personas aparentemente sanas. Habrá que prever de forma precoz y personalizada. Por eso hay que comunicar más y elevar la cultura biomédica de todos, que aún está en cotas muy discretas, para que sea el ciudadano el que conozca lo que merece la pena. Afortunadamente la revolución que los ingenieros están proporcionando a médicos y pacientes puede que con el esfuerzo de todos llegue a ser conocida por las personas de la calle.

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