07/09/2007
Revista de Neurología
Un estudio publicado en Archives of Neurology sugiere que fumar podría estar asociado a un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Estudios recientes también sugieren que el riesgo de sufrir Parkinson es particularmente bajo en los fumadores activos con un historial fumador intenso y de larga duración, algunos incluso sugieren que la reducción del riesgo está relacionado con la dosis de paquetes fumados al día.
Investigadores de la Universidad de los Ángeles han recogido información de 11.809 individuos (2.816 con Parkinson y 8.993 como control). Sus análisis confirman los datos previos de una asociación inversa entre el consumo de tabaco y la enfermedad de Parkinson. Esta asociación no varía ni con el sexo ni con el estatus educacional y, aunque se han encontrado diferencias en función de la raza y la edad, éstas deben ser estudiadas más detalladamente.
Las bases bioquímicas de este posible papel preventivo no se conocen bien, aunque se han propuesto dos posibles mecanismos. Uno sería que se produjeran procesos químicos o bioquímicos debidos a alguna sustancia del cigarrillo, nicotina o monóxido de carbono, que producieran un efecto protector y que promoviera la supervivencia de las neuronas dopaminérgicas. El otro, es que el consumo de cigarrillos alterara la actividad metabólica de ciertas enzimas compitiendo con sus sustratos y alterando la producción de metabolitos tóxicos endógenos (quinonas dopamina) o exógenos (MPP+).
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