10/09/2007 Actualizada a las
Barcelona. (EFE).- El XIV Dalai Lama y premio Nobel de la Paz ha advertido a las más de 10.000 personas que se han congregado en el Palau Sant Jordi de Barcelona para escucharle que, si quieren encontrar la "paz interna" y "genuina", huyan del "odio porque se come nuestro sistema inmunológico".
Barcelona. (EFE).- El XIV Dalai Lama y premio Nobel de la Paz ha advertido a las más de 10.000 personas que se han congregado en el Palau Sant Jordi de Barcelona para escucharle que, si quieren encontrar la "paz interna" y "genuina", huyan del "odio porque se come nuestro sistema inmunológico".
Éste ha sido uno de los muchos consejos ofrecidos por el líder espiritual tibetano que se encuentra de visita en la capital catalana, quien ha dado una charla titulada "El arte de la felicidad", y donde ha aprovechado para defender el papel de la familia, "en especial de las madres", como medio para favorecer la transmisión de valores como la compasión o el altruismo.
Bajo dos grandes banderas del Tíbet, en un escenario habilitado como un altar, decorado con imágenes budistas, y una gran pantalla de vídeo que recogía en primer plano cada uno de sus gestos, el Dalai Lama ha señalado que "si estamos llenos de enfado, no dormimos, mientras que las emociones positivas, como el amor o la compasión, no sólo nos traen paz sino que es bueno para nuestra salud".
A los que han acudido al Sant Jordi esperando milagros, el líder religioso les ha asegurado que él mismo es "escéptico" frente a esos poderes curativos y que su receta para buscar la felicidad -un objetivo común de todos los animales, ha recalcado- parte de conocer la realidad y de saber combatir las expectativas erróneas que se tienen del futuro, propias, éstas sí, del hombre.
"En el mundo animal hay peleas, pero en general viven en paz; pero los hombres no, estamos insatisfechos con lo inmediato, queremos más y más, y eso genera estrés", ha afirmado el Dalai Lama, para quien la ciencia y la tecnología humana se han centrado en resolver los conflictos físicos del hombre, y han dejado de lado los problemas de "nivel mental" más difíciles de solucionar.
Para combatir estos problemas, el líder religioso apuesta por tener las "convicciones correctas" y por "adiestrar la mente", un principio, ha subrayado, que a su juicio no tiene que estar basado en una confesión religiosa, y que tiene en la educación un gran aliado ya que la formación ayuda "a enfocar" y a "reducir la distancia entre las apariencias y la realidad".
Vestido con su tradicional túnica roja y amarilla se ha dirigido a un público respetuoso, entre los que se encontraban miembros de la comunidad tibetana en Cataluña, y algunas caras conocidas, como la baronesa Thyssen, Carmen Cervera, o el actor Gabino Diego, y ante los que ha defendido la "armonía" de todas las confesiones, "sobre todo en este momento, cuando hay más divisiones en la humanidad debido a las fes religiosas".
En un tono distendido, con un discurso complementado con sonrisas e incluso carcajadas, el Dalai Lama, ha logrado el aplauso cuando ha pedido a los presentes que presten más atención a esos valores internos, o cuando ha reclamado que se movilicen ante los poderes locales catalanes, españoles y de la UE para que éstos apoyen una mejora de la situación del Tíbet, actualmente perteneciente a China.
En este sentido ha recordado que en los años de ocupación china han muerto más de un millón de tibetanos, la mitad por las hambrunas y el resto por las intervenciones militares, en un periodo en el que han desaparecido 200.000 monjes y monjas y 6.000 templos han sido destruidos. No obstante, considera que la situación está cambiando con los nuevos dirigentes de la república China, de los que confía conseguir una autonomía suficiente, que permita mantener la tradición y religión tibetana
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