martes, 25 de septiembre de 2007

CONDENADO A UNA "RESIDENCIA"


COMO NADIE LO PUBLICARÁ EN NINGÚN OTRO MEDIO, DEJAD ME QUE SEA UN POCO PESADO, ¡TOTAL ES MI ÚNICO DESAHOGO!.

Me llamo Carles Riquelme, vivo en Barcelona, en un primer piso de un inmueble antiguo,sin ascensor y muy difícil de adaptar,comparto la vivienda con un hijo de 23 años que cuida de mis necesidades básicas, estoy afectado de una invalidez absoluta por estar enfermo de esclerosis múltiple primariamente progresiva (EMPP).

En julio pasado,solicite el divorcio de un matrimonio de 23 años y una separación de cinco, al estar mi estado de salud cada día más deteriorado, con el fin de reclamar la vivienda que comparto en propiedad con mi ex-mujer o en su defecto la venta y su partición proporcional.
¡Sorpresa! ya tengo la resolución del “juicio de divorcio”. Su Señoría dictó sentencia y es de suponer que se quedó descansada.Todo continua igual ,la vivienda para la ya por fin “ex-esposa” y a continuar pasando una pensión compensatoria.
Una persona con invalidez, con el hijo común a su cargo , ingresos justos para hacer frente a las necesidades de la enfermedad y necesitado de una vivienda digna , tendrá que seguir manteniendo a otra sana, fuerte , preparada y en edad laboral.
Difícil de entender,cuando menos extravagante y patético.
Ya me preparo para comenzar una tarea apasionante y materialmente imposible, la búsqueda de una vivienda en alquiler, con ascensor, fácil de adaptar, de precio asequible, con buenas comunicaciones accesibles y con un propietario dispuesto a concederme permiso para realizar todas las obras de adaptación que mi estado precisa. ¡Puestos a soñar,también pido que me toque la lotería!
No voy a negar que esperaba alguna resolución pintoresca dado la situación en que se encuentra la justicia en España, pero jamás llegue a sospechar que recibiría un trato de semejante crueldad por parte de la administración de justicia.
Digo y me reafirmo, en que es un acto de extrema crueldad, se me condena sin haber cometido ningún delito, a la única salida posible en mi situación , una residencia medianamente adaptada y accesible. Con 56 años, me condenan al único recurso,un asilo donde poder vivir los próximos años, mientras la otra parte se estará destornillando de risa ,sola ò bien acompañada, en los 120 m2 de superficie, fruto del trabajo de 23 años de matrimonio.
Adiós a mi vida independiente, de un plumazo se me condena a ser invisible, esta sociedad no quiere que le recuerden que este país también esta formado por personas con enfermedades crónicas y con diversidad funcional (invalidez).No es solo una parte de la sociedad a la que molestamos, también según parece, estorbamos a la administración de justicia y a los propios jueces ,hay que escondernos y meternos en ghettos, cortarnos las alas para hacernos desistir de realizar una vida plena y con dignidad.
Todo vale si con los desfasados argumentos feministas de defensa de la mujer como sexo débil ,hay que condenar al hombre por su simple condición , si estamos enfermos mayor motivo para escondernos de turistas y curiosos.Mi abogado , piensa interponer recurso ante semejante despropósito, que haga lo que quiera, no tengo ninguna esperanza en la justicia, si es que alguna vez la tuve.
Por favor abstenerse de utilizar más frases del tipo,“no lo entiendo”,”no puede ser””es imposible” y similares.
Tampoco pienso volver a la ridícula situación de tener que ir mostrando una copia de la sentencia a incrédulos y malintencionados.

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