REUNIÓN EN EL HOSPITAL CARLOS HAYA DE MÁLAGA
España está a la cola en gasto por habitante para estas enfermedades.
MARÍA VALERIO El Mundo.es
Las organizaciones de neurología, psiquiatría, neurociencia, asociaciones de pacientes y empresas que constituyen el Consejo Europeo del Cerebro han elegido Málaga para presentar un documento de consenso sobre las enfermedades que afectan a este órgano. El informe contempla 45 líneas de investigación desarrolladas por expertos de todo el continente y que pretenden poner de manifiesto las carencias de inversión en el estudio de enfermedades de origen psiquiátrico, neurológico y traumatológico.
El profesor danés Jan Olesen, del departamento de Neurología del Hospital Golstrup de Copenhague, ha sido el encargado de presentar en el Hospital Carlos Haya de Málaga el documento, que ya fue perfilado en las páginas de la revista 'Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry' (JNNP).
Según este amplio análisis de situación, a pesar de que las patologías cerebrales representan el 35% de la carga por enfermedad en toda Europa ("más que el cáncer y la diabetes juntos"), el dinero que se invierte en su investigación no es proporcional. "La carga económica de estas enfermedades ascendió en 2004 a 386 mil millones de euros", asegura el documento, "y es previsible que esta cifra siga creciendo debido al envejecimiento de los europeos". De hecho, sus estimaciones indican que el número de afectados podría crecer un 20% en los próximos años.
"La empresa privada gasta una cantidad razonable de dinero en el desarrollo de nuevos fármacos", explica Olesen a elmundo.es, "pero el gasto público sólo es de 855 millones de euros anuales en todo el continente; una cifra demasiado baja para la carga que suponen. En comparación con Estados Unidos, aquí invertimos cinco veces menos".
Además, según explica este investigador danés, se han detectado enormes diferencias geográficas dentro del continente; y España no sale muy bien parada. "Irlanda y el Reino Unido gastan unos 5 euros por habitante", prosigue Olesen, "pero España es uno de los países de la Europa occidental que menos invierte, apenas 0,8 euros por cada ciudadano. Los nuevos países que se están incorporando a la UE apenas dedican nada".
Pérdida de liderazgo
"La necesidad de tratamientos novedosos nunca ha sido más acuciante que ahora", advierten estos especialistas en las páginas de la revista; especialmente si el Viejo Continente no quiere perder el carro que lideran Estados Unidos y Japón. Y es que, advierten, "aumentar la financiación nos reportaría enormes beneficios: aliviando la carga a los sistemas sanitarios y mejorando la productividad de los individuos afectados".
"La investigación europea sigue muy marcada por las fronteras entre países", asegura Olesen para tratar de explicar la diferencia con repecto a Japón y EEUU. "Aquí tenemos las barreras del lenguaje, las rencillas sectoriales entre investigación clínica y básica, entre psicólogos y neurólogos; y muy poca movilidad de los investigadores a pesar de los esfuerzos de la UE".
El análisis de 28 países (los 25 países que conformaban la Unión Europea antes de la última ampliación a 27, más Islandia, Noruega y Suiza) señala que el 27% población (unos 127 millones de personas), padece alguna enfermedad del cerebro. Los 12 problemas más costosos, según el estudio, son las adicciones, los trastornos de ansiedad y afectivos, los tumores cerebrales, la demencia, la epilepsia, las migrañas, la esclerosis múltiple, el Parkinson, la esquizofrenia, los accidentes cerebrovasculares (ictus) y los traumatismos.
A la espera de disponer de nuevos datos que permitan conocer en profundidad a qué áreas concretas dedican los países comunitarios sus recursos en materia de patologías cerebrales, Olesen se atreve a asegurar que este terreno está "infra-finanaciado en relación con la carga que supone". Y admite que es posible que sus estimaciones "sean incluso conservadoras, y el coste de estas patologías ronde en realidad los 500 ó 700 mil millones de euros".
Tal y como explica desde Málaga, el siguiente paso es reproducir este documento comunitario a escala nacional, "para estimular la creación de coaliciones entre todos los interesados en la investigación cerebral". En el caso español, concluye, "espero que la reunión en Málaga sirva para estimular esta cuestión en la patria de uno de los grandes investigadores del cerebro, Ramón Cajal (sic)".
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