Para el doctor Juan Antonio Riesco, coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la financiación de los métodos para dejar de fumar saldría muy barata teniendo en cuenta los beneficios económicos que se obtendrían en relación coste-efectividad. En otras palabras, lo que viene a decir el doctor es que el que abandona los cigarrillos dejará de ser un firme candidato a tener que ser tratado más adelante de las enfermedades asociadas a este hábito.
La SEPAR ha solicitado recientemente que los tratamientos antitabaco sean financiados a cargo de las comunidades autónomas, como ya han hecho Navarra y Madrid. Según cuenta Riesco, existen estudios según los cuales cuando se pagan este tipo de tratamientos, más fumadores se plantean dejar el hábito. De hecho, añade, si las terapias contra la hipertensión, por poner un ejemplo, están financiadas, las del tabaquismo también deberían estarlo, porque ambas están consideradas como factores de riesgo cardiovascular.
La SEPAR propone dos medidas de financiación: una en que se firmara un contrato de riesgo entre la industria farmacéutica y los sistemas de salud basado en la sostenibilidad presupuestaria y en la asunción de responsabilidades económicas, y otra en que se estableciera un firme compromiso entre médico y fumador cimentado en el pacto de financiaciones completas para los casos en que estuviera demostrado que el abandono del hábito detendría la evolución de determinadas enfermedades, como las pulmonares, y financiaciones progresivas en función del grado de cumplimiento del paciente para otro tipo de afecciones en las que el hecho de fumar agravara su sintomatología, como la diabetes, y también para aquellos fumadores que ya hubieran intentado alguna vez dejar el consumo de tabaco.
Por lo que respecta al método "reduce hasta dejarlo", RHD, Riesco aboga por 3 fases: en la primera, el fumador reduce su consumo de cigarrillos en un 50 por ciento a lo largo de 8-10 semanas; en la segunda, se sustituye cada cigarrillo por un chicle de nicotina durante un periodo similar, 8-10 semanas, y en la tercera se van abandonando progresivamente los chicles en un plazo que oscilaría entre los 6 y los 9 meses.
La SEPAR ha solicitado recientemente que los tratamientos antitabaco sean financiados a cargo de las comunidades autónomas, como ya han hecho Navarra y Madrid. Según cuenta Riesco, existen estudios según los cuales cuando se pagan este tipo de tratamientos, más fumadores se plantean dejar el hábito. De hecho, añade, si las terapias contra la hipertensión, por poner un ejemplo, están financiadas, las del tabaquismo también deberían estarlo, porque ambas están consideradas como factores de riesgo cardiovascular.
La SEPAR propone dos medidas de financiación: una en que se firmara un contrato de riesgo entre la industria farmacéutica y los sistemas de salud basado en la sostenibilidad presupuestaria y en la asunción de responsabilidades económicas, y otra en que se estableciera un firme compromiso entre médico y fumador cimentado en el pacto de financiaciones completas para los casos en que estuviera demostrado que el abandono del hábito detendría la evolución de determinadas enfermedades, como las pulmonares, y financiaciones progresivas en función del grado de cumplimiento del paciente para otro tipo de afecciones en las que el hecho de fumar agravara su sintomatología, como la diabetes, y también para aquellos fumadores que ya hubieran intentado alguna vez dejar el consumo de tabaco.
Por lo que respecta al método "reduce hasta dejarlo", RHD, Riesco aboga por 3 fases: en la primera, el fumador reduce su consumo de cigarrillos en un 50 por ciento a lo largo de 8-10 semanas; en la segunda, se sustituye cada cigarrillo por un chicle de nicotina durante un periodo similar, 8-10 semanas, y en la tercera se van abandonando progresivamente los chicles en un plazo que oscilaría entre los 6 y los 9 meses.
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