lunes, 27 de agosto de 2007

Imágenes cerebrales muestran dónde reside el miedo


Un grupo de científicos que utilizó un juego por computadora descubrió cómo la respuesta del cerebro al miedo cambia cuando el peligro se acerca, en un desarrollo que podría ayudar a las personas que sufren ataques de pánico. Dos áreas clave del cerebro están involucradas en el miedo y es la región más impulsiva de las dos la que se hace cargo de la situación cuando la amenaza se aproxima.

Un mal funcionamiento en el equilibrio entre las dos zonas podría explicar ciertos desórdenes de ansiedad, según los investigadores. Para saber exactamente dónde reside el miedo, científicos británicos generaron temor en un grupo de voluntarios por medio de un juego de computadora como el Pac Man, en el que los sujetos estaban encerrados en un laberinto por un predador artificial. Si eran atrapados, recibían una descarga eléctrica.

Imágenes instantáneas del cerebro que medían el flujo sanguíneo mostraron que cuando el predador estaba lejos se activaban las partes bajas del área de la corteza prefrontal del cerebro que se ubican detrás de las cejas. Esta zona está relacionada con la toma de decisiones complejas, como planear un escape.

No obstante, cuando el predador se acercaba, la actividad se mudaba a la sustancia gris periacueductal, responsable de los mecanismos de sobrevida de respuesta rápida, como la pelea y la fuga.

Los resultados obtenidos por Dean Mobbs y sus colegas, del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging del University College de Londres, fueron publicados en la revista Science. "Es como un subibaja, ambas regiones juegan un rol clave pero cada una se vuelve dominante en distintas etapas del miedo", dijo Mobbs.

Comprender los cambios en la actividad entre las regiones frontales y medias del cerebro sería crucial. En particular, parecería que la corteza frontal ayuda a controlar los sistemas más primitivos del cerebro y que la pérdida de esta regulación podría explicar por qué las personas con desórdenes del pánico reaccionan en exceso a situaciones que no implican un peligro inmediato.

Desde una perspectiva evolutiva, mantener el equilibrio adecuado entre las distintas regiones del cerebro que manejan el temor ayuda a los animales a evitar ser cazados por otros.

"La estrategia de sobrevida más eficiente dependerá del nivel de amenaza que recibamos", indicó Mobbs. "Esto tiene sentido, dado que a veces ser simplemente cauteloso ante una amenaza es suficiente pero otras veces necesitamos reaccionar rápidamente. Cuanto más se acerca el peligro, más impulsiva será la respuesta y, por lo tanto, menos libre será la respuesta", concluyó el autor.

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