El 93% de los cuidadores informales de las personas
dependientes tienen una baja calidad de vida
Entre un 15 y un 23% de las mujeres entre 45 y 60 años cuidan de una persona dependiente, siendo los porcentajes en el caso de los hombres de entre el 5 y el 7%
Madrid, 13 de junio de 2008.- (AZprensa.com).
En las próximas décadas, uno de los temas que más preocupará a la población general, por sus consecuencias sociales y económicas, será el proceso de envejecimiento demográfico que van a experimentar los países desarrollados. En este sentido, a los debates ya clásicos sobre la sostenibilidad futura de los sistemas públicos de pensiones y atención sanitaria, se ha sumado más recientemente la discusión en torno a cómo proveer y financiar la atención que necesitan aquellas personas mayores que no pueden valerse por si mismas.
En los últimos años, siguiendo el ejemplo de los países escandinavos, que contaban desde hacía tiempo con sistemas públicos de atención a la dependencia de amplia cobertura, nuestro país ha optado por universalizar los servicios sociales de atención a la dependencia. Con la aprobación a finales de 2006 de la denominada Ley de Dependencia, se han sentado las bases para el desarrollo de un nuevo Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) que se prevé esté totalmente implantado en el año 2015.
Teniendo en cuenta todos estos elementos, la Fundación AstraZeneca, junto con la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), presentan el libro: “Aspectos Económicos de la Dependencia y el Cuidado Informal en España”, escrito por el Dr. Sergi Jiménez-Martín (coordinador), y los investigadores David Casado, Pilar García Gómez, Natalia Jorgensen, Angel López, Santiago Massons, Juan Oliva, Rubén Osuna y Cristina Vilaplana.
La presente monografía “pretende ser un paso al frente, una reflexión motivada, en el análisis de aspectos claves de la dependencia y de los cuidados informales: la elección del tipo de apoyo, las consecuencias de la carga sobre los cuidadores, los costes de la carga, entre otros temas de relevancia”, explica el Dr. Jiménez-Martín.
Cambios en la asistencia al anciano español
El desarrollo en los próximos años del SAAD español va a suponer cambios importantes en el modo en que nuestra sociedad atienda las necesidades asistenciales de las personas dependientes. Además, la creación del sistema SAAD constituye avanzar hacia un modelo universal que nos aproxime a los sistemas de protección social del centro y norte de Europa.
Por otro lado, teniendo en cuenta que las mujeres representan la piedra angular del actual sistema de cuidados de los ancianos dependientes, “como pone de manifiesto que casi el 75% de los mismos tengan en el apoyo familiar su principal fuente de ayuda, es comprensible que se haya extendido la percepción de que las prestaciones del SAAD pueden constituir un poderoso instrumento de conciliación entre vida familiar y laborar”, señala el coordinador del libro.
Por último, desde el sector sanitario, existe la expectativa de que el SAAD puede contribuir a reducir las estancias hospitalarias innecesarias, motivadas por la actual falta de recursos sociales adecuados.
Principales conclusiones del libro
El contenido de este nuevo libro abarca los temas más relevantes en el cuidado informal del paciente dependiente y sus consecuencias económicas, reforzados por diversos datos extraídos de estudios de población.
En el caso del empleo y apoyo informal entre las mujeres, cabe destacar que entre un 15 y un 23% de las mujeres entre 45 y 60 años cuidan de una persona dependiente, siendo los porcentajes en el caso de los hombres de entre el 5 y el 7%. Estos resultados sugieren una serie de conclusiones: que las mujeres cuidadoras que modifican su comportamiento laboral son aquellas que cuidan de una persona con la que coresiden; que dichos efectos no se observan durante el primer año en que se empieza a cuidar; y que las mujeres que concluyen un episodio de cuidado tienen la misma probabilidad de trabajar que el resto de mujeres no cuidadoras de similares características.
El trabajo de cuidador es muy absorbente, ya que los cuidadores informales de personas dependientes mayores de 60 años suelen dedicar una media de 10 horas diarias a atender al enfermo, y el número medio de años de cuidado es de 6,5. Además, los cuidadores muestran un nivel de formación muy inferior al promedio, lo que condiciona el nivel de ingresos presentes que pueden obtener. Esta situación repercute en la calidad del cuidado de la persona en situación de dependencia, puesto que la probabilidad de recibir preparación específica para atender al enfermo aumenta con el nivel de estudios y en la calidad de vida futura del cuidador, ya que las futuras pensiones de jubilación guardan proporción con las rentas obtenidas durante la vida laboral.
Según datos procedentes de la Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud (EDDES) del Instituto Nacional de Estadística, tomando como referencia el año 2002 y aplicando como método de valoración el del coste de sustitución o reemplazo, se estima que los costes de los cuidados informales oscilan entre los 9.087,4 y los 14.100,3 millones de euros. Por tanto, los costes estimados de los cuidados informales representarían una cifra equivalente a entre el 23,9% y el 37,1% del gasto sanitario del Sistema Nacional de Salud español del año 2002 y entre el 1,25% y el 1,93% del Producto Interior Bruto del mismo año.
Calidad de vida de los cuidadores informales
Con el objeto de medir la calidad de vida de los cuidadores informales se ha elaborado un índice que revela que sólo el 7% de los cuidadores mantienen una calidad de vida alta, un 20% tienen calidad de vida media y un 72% han visto reducir considerablemente su estándar de calidad de vida.
La mitad de las personas dependientes sólo recibe apoyo de un cuidador informal, lo que repercute sobre la calidad de vida de este último. Las evidencias constatan que las mujeres padecen mayores síntomas de tensión y depresión que los hombres, cerca del 90% de las mujeres cuidadoras declara sentirse deprimida y físicamente agotada frente al 10% de los hombres cuidadores. Además, existe una clara correlación entre estado de salud y la calidad de vida ya que frente al 10,25% de los cuidadores con buena salud, que además disfrutan de calidad de vida alta, no existe ningún cuidador con mala salud y nivel alto de calidad de vida.
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