viernes, 27 de junio de 2008

Cárcel por usar una tarjeta de párking de minusválido

falsa.

El imputado aparcó su vehículo en una zona restringida a los disminuidos
El uso de una tarjeta de aparcamiento para disminuidos falsa para estacionar el vehículo en espacios reservados no es un acto impune.
El juez de Barcelona Javier Paulí Collado ha condenado a cuatro meses de prisión y una multa de 1.200 euros a Juan Ramón M. E., que fue cazado por la Guardia Urbana el 27 de abril del 2006 cuando utilizaba una tarjeta manipulada --una fotocopia de un original que tenía cumplimentados a máquina los datos -- para aparcar su BMW en una zona prohibida, en el chaflán de la Ronda de Sant Pau con Aldana, en el límite del Raval y Sant Antoni. La sentencia sostiene que no queda acreditado que él realizara la falsificación. La fiscalía reclamaba un año de cárcel.
Juan Ramón M. E., de 49 años, tiene reconocido un grado de minusvalía del 35%, pero, según relata el fallo judicial, carecía de derecho a la tarjeta de aparcamiento de la Generalitat para personas con disminución, al no alcanzar el baremo de movilidad reducida. El imputado obtuvo "de persona no determinada" un distintivo falso que le otorgaba la posibilidad de estacionar su coche en sitios donde para otros está prohibido. Y así lo hizo.
VERSIONES DISPARES
El imputado admitió en el juicio que tenía esa tarjeta, pero dijo que la encontró en la basura y la iba a llevar al centro de disminuidos al que pertenecía. Los agentes explicaron otra versión: la tarjeta estaba en el salpicadero y no en el asiento.
Al no existir prueba de que la falsificación la hiciera Juan Ramón M. E., el juez asegura que el distintivo se lo encontró o le fue entregado por un tercero ya manipulada. Pero incide en que el acusado es conocedor de que existe la falsedad porque él mismo pertenece a una asociación de disminuidos.

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