Cannabis: ni pócima
mágica, ni falsa
promesa
El fármaco probado en Cataluña aún no ha solicitado autorización ante la Agencia Española del Medicamento
Esther Martín del Campo, Bien - 06/06/2008
El empleo medicinal del cannabis se remonta a más de 50 siglos, sin embargo, su clasificación como droga ilegal y su uso lúdico, es la sustancia ilegal más consumida en el mundo, ha torpedeado su investigación terapéutica.
El apoyo al uso terapéutico del cannabis, a través de la aprobación de fármacos derivados de esta planta, se ha vuelto a escuchar en estos días. El Parlamento vasco y las asociaciones de afectadas por cáncer de mama invitaban al Ministerio de Sanidad a agilizar los trámites para la aprobación de uno de estos medicamentos. Todo después de que la Generalitat de Cataluña anunciara su intención de permitir el uso compasivo de un medicamento, Sativex, después de que un estudio observacional constatara sus efectos beneficiosos en pacientes con dolor neuropático por esclerosis múltiple y anorexia y pérdida de peso por sida.
Su coordinadora Marta Durán, responsable del área de investigación de cannabinoides de la Fundación Instituto Catalán de Farmacología, confirma los beneficios iniciales del empleo de este fármaco, que se administra como un spray a través de la boca. Pero afirma que su peculiaridad es que "el tratamiento responde a una demanda social". Sin embargo, la solicitud del Parlamento vasco y de las asociaciones de pacientes podría carecer de fundamento por ahora. De entrada, el laboratorio que desarrolla Sativex, GW Pharmaceuticals, todavía no ha solicitado la autorización del medicamento en la agencia de nuestro país con ninguna indicación, aunque fuentes de la compañía apuntan que lo harán en breve.
Con el estudio catalán sobre la mesa, se ha reabierto un debate que conoce muy bien Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid. El experto explica a que la realidad sobre el efecto terapéutico de los cannabinoides está en un punto medio: ni son una medicina mágica, ni un mito carente de efecto.
Guzmán reconoce su efectividad en el tratamiento de vómitos y náuseas asociados a la quimioterapia o en el abordaje de la rigidez que aparece en los enfermos de esclerosis múltiple. Sin embargo, en el caso del dolor, el efecto analgésico resulta bastante suave, similar al de opiáceos moderados como la codeína, asegura.
"Los efectos de los cannabinoides no son muy potentes por separado, pero, en conjunto, en cáncer y esclerosis múltiple sí pueden mejorar la calidad de vida", apunta.
La realidad es que desde hace años los enfermos de cáncer toman marihuana para aliviar algunos síntomas. Para asesorarles, el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, con Rafael Borrás como vocal de Drogodependencias, ha elaborado un prospecto sobre su uso terapéutico, además de participar activamente en el estudio anterior. Como el resto de los expertos consultados, coincide en que hacen falta más estudios serios que avalen las propiedades terapéuticas. "Pueden ser beneficiosos para determinadas enfermedades, pero tenemos que diferenciarlo del uso recreativo", indica.
Un buen camino para hacerlo es el desarrollo de medicamentos con base de cannabinoides que garanticen un aporte determinado de principio activo, ya que en la planta, esta cantidad es variable, en función del cultivo e incluso de la forma de consumo. "Con buenos fármacos, el uso legal de la planta como tal está lejos en España", añade. En su opinión, ha llegado la hora de abordar el cannabis terapéutico como una opción más que puede beneficiar algunos pacientes. Eso sí, el debate, según sus palabras, "no ha de tener ningún signo político".
El secreto de los cannabinoides
¿Cuáles son sus principios activos?
Hasta el momento se han identificado más de 400 sustancias en la planta del cáñamo, más de 60 de ellas cannabinoides. El THC, también conocido como dronabinol, es el principio más abundante y potente. También contiene cannabidiol y cannabinol.
¿Cómo actúa sobre el organismo?
Nuestro cerebro, y también algunos órganos periféricos, fabrican, contienen y utilizan una serie de moléculas denominadas "endocannabinoides". Estas moléculas intervienen en procesos como la regulación del apetito, la memoria, el movimiento o el uso de la energía en el organismo, entre muchos otros. Los cannabinoides de la planta actúan sobre estos receptores y mimetizan su efecto.
Fármacos a base de cannabinoides
Hay dos derivados que se comercializan con distintas marcas en varios países con fin terapéutico: el dronabinol, un extracto de THC, y la nabilona, un derivado sintético de este principio. Se utilizan para inhibir el vómito tras la quimioterapia. En España se emplean como medicamento extranjero en algunos hospitales. Además, Sativex está aprobado en Canadá para el tratamiento del dolor neuropático en esclerosis múltiple y el dolor oncológico, aunque su uso compasivo está permitido en otros países.
Uso recreativo
Desde la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, Eusebio Megía, psiquiatra y director técnico, insiste en diferenciar el uso médico del lúdico. "Cuanto más se avance en la investigación sobre sus propiedades terapéuticas más se clarificará esta situación", advierte. "Tampoco tiene nada que ver el uso de los opiáceos como anestésicos con la heroína", matiza el especialista, que reitera que el uso lúdico del cannabis está asociado con tres tipos de problemas, médicos (patología bronquial), psiquiátricos (con un repunte de patología dual) y social.
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