Los médicos a los 50 años sólo utilizan el 2 por ciento
de los conocimientos que aprendieron durante la
carrera.
Así lo ha dado a conocer el presidente de la Sociedad Española de Nefrología, que ha puesto de manifiesto que por este motivo es necesaria la formación continuada
Santander (24-7-2008) EL MEDICOinteractivo.
La formación del médico especialista en España se realiza a través del sistema MIR, “uno de los métodos más importantes a preservar, si queremos mantener la calidad en la asistencia que se da en nuestro país”, tal y como ha asegurado el doctor Martín de Francisco, presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN).
Según el presidente, está comprobado que “un médico a los 50 años de edad tan sólo utiliza el 2 por ciento de los conocimientos que aprendió durante la carrera, por lo cual es fundamental la formación continuada”. En este sentido, aunque existen algunas ayudas por parte de la Administración “un 99 por ciento de los especialistas nos formamos gracias a la financiación que a través de Sociedades Científicas o directamente hacia los servicios especializados, destina la industria farmacéutica”, ha explicado.
Este especialista ha comentado que es necesario que alguien se haga cargo de esta formación y en la actualidad “es muy difícil que la asuman los gobiernos o autoridades autonómicas”. La realidad, según él, es que si hubiera presupuesto para esta partida y la gestionarán las propias comunidades, gran parte de este dinero quedaría para atender otras obligaciones, que a su vez al llegar a las gerencias hospitalarias también se vería reducido por la misma razón, y finalmente llegaría a “todos los trabajadores de la Sanidad” que se repartirían toda esa ayuda, viéndose reducida en un porcentaje muy alto. Alo que habría que añadir los costos de la gestión y finalmente quedaría una pequeña cantidad que gestionarían los responsables de los centros, que aún administrándolo de una forma objetiva, la elección de unos médicos para determinados cursos o congresos y el rechazo a otros, siempre sería considerada como decisión arbitraria.
Actualmente, la industria farmacéutica accede a los médicos especialistas a través de los cursos de formación, financia los estudios en fase II y fase III de los nuevos productos, y contrata médicos como “clinical advicers”. Al mismo tiempo, las Sociedades Científicas se nutren de la aportación de la industria farmacéutica en los stands de los Congresos, de una cantidad de dinero que permite financiar becas, inscripciones a Sociedades Científicas, y desarrollo de guías.
En definitiva, “es fundamental mantener esta relación dentro de los aspectos éticos más exigentes. Las Sociedades Científicas debemos velar por una total independencia de nuestros mensajes en reuniones y congresos, rechazando todo tipo de incentivos que no vayan dirigidos a una mejora de la calidad asistencial y científica de nuestras instituciones. Mucho hemos avanzado en este campo y mucho más hemos de hacerlo en el futuro”, ha concluido el presidente de la SEN.
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