no a corto plazo
El diagnóstico y la prevención son los campos que más se beneficiarán de la secuenciación del genoma humano, pero no se pueden establecer plazos concretos, según han explicado los investigadores Luis Serrano, Margaritas Salas y Jesús Ávila, en un curso de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander.
Santiago Rego. Santander
29/07/2008
Uno de los grandes problemas que se tiene en la ciencia, sobre todo en la básica, es que no se puede predecir, y cuando se produce un gran acontecimiento, como fue la secuenciación del genoma humano, "los científicos ya sabemos de entrada que la aplicación en la biomedicina será lenta.
29/07/2008
Uno de los grandes problemas que se tiene en la ciencia, sobre todo en la básica, es que no se puede predecir, y cuando se produce un gran acontecimiento, como fue la secuenciación del genoma humano, "los científicos ya sabemos de entrada que la aplicación en la biomedicina será lenta.
No conviene olvidar que es ahora cuando están teniendo ya una gran aplicación clínica, por ejemplo, los anticuerpos monoclonales, que se descubrieron en la década de los setenta, y que treinta años después es cuando están teniendo éxito en patologías tan complejas".
Esta afirmación de Luis Serrano, investigador del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, ha encontrado el respaldo de Margarita Salas y Jesús Ávila, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y codirectores de la Escuela de Biología Eladio Viñuela, que se ha celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), de Santander, bajo el título De la biología molecular a la biomedicina.
La revolución que supondrá el genoma humano en la aplicación clínica es un hecho del que nadie duda, y que pondrá en marcha la medicina individualizada. "Siempre es difícil predecir plazos concretos, pero se están sentando las bases para que lo que ahora es diagnóstico y prevención, dos campos en los que se han dado grandes avances, mañana sea un tratamiento efectivo. El diseño de proteínas y su aplicación en Biotecnología y Biomedicina es toda una realidad", ha resaltado Serrano.
En la misma línea se han expresado Salas y Ávila, quienes han puesto de relieve que cualquier gran empresa farmacéutica que apuesta por un fármaco sabe de antemano que hasta que logra convertirla en un arma terapéutica pasa casi una década.
"Conocemos ya muchas mutaciones y qué genes provocan determinadas enfermedades, lo que ya permite diagnosticar y predecir. Estamos en el comienzo de conseguir fármacos eficaces, y aunque la medicina individualizada todavía no es una realidad lo será en un plazo de 10-15 años", ha precisado Salas.
Respecto al cáncer los tres investigadores han puesto de relieve que, aunque la sociedad reclama medidas contundentes para frenar al gran número de muertes en el mundo, lo cierto es, y Ávila ha hecho de portavoz en este caso, que los avances de la ciencia son innegables.
"En el cáncer se intenta generalizar la mayoría de las veces, pero ya hay suficiente literatura como para afirmar que en determinados tumores que tradicionalmente provocaban una alta mortalidad ahora muchos afectados pueden hacer vida normal".
Primeros pasos
Sobre la enfermedad de Alzheimer, Ávila ha dejado claro que fijar fechas concretas para su curación significaría que ya sabemos las respuestas, cuando todavía hay que aprender mucho sobre las bases de esta enfermedad e incluso del sistema nervioso central, al que ha calificado de "un poco más complejo que otros órganos.
Estoy seguro que en los próximos cien años la enfermedad de Alzheimer ya no existirá". Tras afirmar que ha habido un "avance brutal", ha pedido cautela. "Dar una fecha fija es imposible. Las investigaciones de los últimos diez años han sido brutales; conocemos detalles inimaginables hace poco tiempo, y esto nos está dando mucha ayuda para buscar nuevas dianas terapéuticas".
Según el investigador, ahora mismo en las fases I, II y III se están desarrollando nuevos fármacos. "Soy muy optimista, viendo la cantidad de fármacos en estudio en los ensayos clínicos de Estados Unidos. Ya hay más de 300 ensayos clínicos con compuestos.
El esfuerzo es muy grande, y confío en que antes o después algunos fármacos puedan llegar a los pacientes. También en España hay algunas empresas que están en estas fases clínicas".
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