"Con las enfermedades
'invisibles' hay que
sensibilizar a la gente"
Esther Peñas/ Madrid-17/03/2008
Purita Campos estudió Dibujo en la Escuela de la Llotja de Barcelona. Tras su paso por la Editorial Bruguera y su agencia Creaciones Editoriales, firmó muchas ilustraciones de cubiertas e historietas para niñas en los tebeos Sissi, Dalia, Blanca, etc., no sólo en España sino en Inglaterra, Holanda y Alemania. Alcanzó un gran éxito con la serie “Patty’s World”, que en España fue conocida como “Esther y su Mundo”. Ahora, con veinte años más, nos muestra su faceta más solidaria, ya que sirve como imagen de una campaña realizada por la Federación Española para la lucha contra la Esclerosis Múltiple (FELEM).
Cómo surge la idea de colaborar con la Federación Española de Esclerosis Múltiple?
Se les ocurrió a ellos, quisieron contar conmigo; me lo propusieron y a mí me pareció una buenísima idea porque todo lo que sea colaborar en una causa como ésta me emociona. Casi ni me lo pensé.
¿De qué manera ayudará Esther a sensibilizar a la sociedad?
Esta enfermedad se presenta a partir de los 18 años hasta los 40; precisamente es la franja de edad de las chicas que me habían leído hace años, así que cualquier cosa que Esther les cuente, ellas lo asumirán como propio y compartido.
Los carteles y los dibujos que usted ha hecho para la campaña tratan de desdramatizar un tanto con la enfermedad. ¿Cree que la sociedad todavía conserva muchos prejuicios para los enfermos y las personas con discapacidad?
Sí, y es bueno que contribuyamos para despertarlos un poquito. Es una enfermedad incurable pero, quizás con el tiempo, ya que hoy en día se está trabajando mucho en este campo, pueda ser reversible; de cualquier manera, especialmente con las enfermedades ‘invisibles’ hay que sensibilizar a la gente y creo que está surtiendo efecto. Hay mucha gente que está aprendiendo cosas gracias a los carteles de Esther.
La fichó la mítica editorial Bruguera en los años ’50. ¿Cómo ha ido evolucionando el cómic de aquellos años para acá?
Paralelamente a la sociedad. Hoy en día, está un poco de capa caída, así que creo que las nuevas historias de Esther han llenado un vacío existente.
¿Es débil, pues, la salud del cómic en España?
Bueno, ahora está un poco de segundo plano, porque, claro, Internet y el DVD acaparan la atención de los jóvenes; mi nieto, por ejemplo, el cómic lo lee, pero el japonés, sin embargo está enganchadísimo a los juegos, y eso impide que lean más. Necesitamos más productos como Harry Potter para que nuestros jóvenes leen más y retomen el hábito tan sano de la lectura.
¿El cómic se ha resentido con Internet?
El cómic es más privado, es más tuyo, lo tocas, vuelves la página, lo coges, lo dejas, un libro o un cómic es como un amigo; Internet es algo de usar y tirar. Pero tristemente, sí ha hecho mella.
Usted que ha trabajado fuera de nuestro país, ¿advierte diferencias en los gustos de las adolescentes?
Asombrosamente es casi idéntico, tienen las misma ilusiones, las mismas maneras de ser, de comportarse con la familia... con Esther, al principio, la Esther inglesa aportaba algo diferente que era poder salir por la noche; ella, por las circunstancias políticas de su país, tan distinto al nuestro a finales de los 70, tenía más libertad, vestía de una manera distinta, pero ahora ya nos hemos unificado de tal manera que apenas hay distinciones. Lo que es igual es el sentimiento, la manera de ser, eso no tiene que ver con las modas ni nada, los problemas de adaptación de las adolescentes, los líos con los amigos, son iguales, no varían, da igual en qué país europeo nazcas.
En las nuevas aventuras de Esther y su mundo, la ha convertido en una enfermera a las órdenes de su detestada Doreen. Parece una venganza...
Jajajaja.... Ya se verá... Doreen es mala, pero entre comillas, siempre tiene que haber un contrapunto, es una historia como todas, con subidas y bajadas, malos y buenos y le ha tocado a Doreen ser la mala.
¿Qué es lo peor y lo mejor de Esther?
Lo peor de Esther no se lo encuentro... quizás que se le dispara demasiado la fantasía, pero eso no es exactamente algo malo. Lo mejor, que se sienten muy identificadas las lectoras porque es un personaje que da la sensación de que es real, muchas dicen que era su amiga, que era alguien con quien, en cierto modo, dialogaban. ¿Negativo..? No lo sé, no le veo nada...
¿Gina y Esther son reflejo de lo que le hubiera gustado vivir a Purita Campos?
En parte sí, eran más libres que yo a su edad. La adolescencia de los años 70 no tiene nada que ver con la mía, por ejemplo.
Y como mujer afincada en una profesión liberal, ¿se ha encontrado con rémoras machistas?
Sí, y todavía encuentro discriminaciones... es increíble, pero hay cosas que no se olvidan, frases como “qué bien lo haces para ser mujer”... sí, me he sentido discriminada en muchas facetas, por ejemplo, la económica.
Por fortuna, hay Esther para rato, ¿verdad?
Afortunadamente, sí señor. Todavía tiene que contar más cosas, se van a reeditar las más de tres mil páginas que hice para esta historia y ya están a la venta las nuevas peripecias de esta ya mujer.
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