domingo, 27 de enero de 2008

Divididos por la clonación

Los científicos

españoles aplauden

o condenan la ‘copia’

de embriones

efe / madrid
La polémica está servida, aunque realmente lleva mucho tiempo instalada, concretamente desde que hace unos cuantos lustros una oveja de nombre Dolly comenzó a balar con gran sentido armónico -como todas las de su especie-. Los científicos españoles -como los de todo el mundo- tienen opiniones más que enfrentadas sobre la clonación del primer embrión humano en un laboratorio estadounidense, pero coinciden en poner reparos a la autorización en Reino Unido a la creación de híbridos.

El ex presidente del CSIC y catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense César Nombela sostuvo que la clonación de personas «tiene poco interés científico» y ni siquiera se demuestra que de esos embriones se puedan derivar células madre.

Nombela sostuvo que esta práctica es una vía que debería descartarse tras la consecución, a finales del año pasado, de células madre inducidas, que permiten reprogramar las normales para obtener tipos específicos sin necesidad alguna de tener que crear un embrión.

Además, el investigador aseguró que en el estudio de este tipo de células, lasque proceden de madre adultas, tienen una menor versatilidad.

Marcelo Palacios, fundador de la Sociedad Internacional de Bioética recalcó, por el contrario, que el descubrimiento abre unas enormes expectativas para conseguir células madre que no provoquen rechazo inmunológico en el paciente.

Todo es positivo.
El experto hizo especial hincapié en el argumento de que todas las vías son positivas, y que el desarrollo de células madre inducidas está todavía «muy en sus comienzos» y que habrá que esperar para ver su resultado final.

Palacios quiso puntualizar que esta clonación con fines terapéuticos está permitida por la legislación nacional, que no considera cigotos en sentido estricto a los formados a partir de la transferencia del núcleo de una célula adulta a un ovocito, sin que se haya producido la fecundación por un espermatozoide.

Pero no todo iba a ser confrontación intelectual y ética. Ambos científicos consultados, sin embargo, coincidieron en poner reparos a la autorización por parte del Gobierno inglés de crear embriones híbridos de humano y animal, sobre todo, de la especie porcina.

Nombela comentó al respecto que «éticamente, produce bastante repugnancia» que la técnica sirve para muy poco y que se ha hecho a la vista de que la clonación humana, que llevaba autorizada cinco años en este país, fue un fracaso completo por la baja disponibilidad de ovocitos donados por las mujeres para poder realizarse las investigaciones.

El doctor Palacios aseveró, además, que «tampoco hay tanta escasez de ovocitos humanos» como para que sea necesaria esta autorización previa.

La técnica es interesante, comentó con total rotundidad, «en el plano puramente experimental», pero con vistas a su aplicación, ya no fue tan tajante. Ni mucho menos. «Tengo una serie de importantes reparos sobre la carga genética y el material celular de procedencia animal».

Esta práctica, recordó, está absolutamente prohibida por la legislación española.

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