Los arándanos
ayudan a prevenir las
infecciones urinarias
en mujeres
Actualizado jueves 28/02/2008
ISABEL F. LANTIGUA
MADRID.- Sustituir el zumo de naranja mañanero por uno de arándanos no es una moda más ni un intento original por variar la rutina del desayuno, sino una medida para prevenir infecciones del tracto urinario. Una revisión publicada en 'The Cochrane Library' señala que tanto el zumo como las pastillas de arándanos evitan las infecciones de orina recurrentes, especialmente en las mujeres, si se toman durante al menos 12 meses.
Los investigadores, que han recopilado los datos existentes hasta la fecha sobre la relación de los arándanos y las infecciones urinarias, han analizado 10 estudios en los que han participado 1.049 individuos. Su labor ha confirmado que estos productos son eficaces en las mujeres con infecciones habituales. Sin embargo no han encontrado pruebas de que sean beneficiosos para las personas mayores ni para aquellos individuos que utilizan catéteres.
Pero teniendo en cuenta que las infecciones del tracto urinario son 50 veces más frecuentes en el sexo femenino que en los varones, el hallazgo parece importante. Se estima que el 30% de las mujeres padecerá alguna infección de la vejiga, con síntomas, a lo largo de su vida.
Los arándanos llevan tiempo utilizándose como tratamiento para estos trastornos, aunque no está muy claro todavía su mecanismo de actuación. Los autores de esta revisión indican que la protección que confieren puede deberse a que contienen una sustancia que dificulta a las bacterias –principalmente a la 'Escherichia Coli'- adherirse a las paredes de la vejiga y de este modo impiden la infección.
Los trabajos compararon a personas que tomaban zumo de arándanos o pastillas con extractos de arándanos con otras que no consumían nada, ingerían un placebo o simplemente un vaso de agua. Todos ellos mostraron que los arándanos eran más eficaces a la hora de reducir las infecciones urinarias en las mujeres que las sufrían frecuentemente que cualquier otro producto, aunque no se vio lo mismo en otros grupos de población.
A pesar de este descubrimiento, todavía quedan bastantes aspectos por resolver sobre los arándanos. Por ejemplo, los estudios no utilizaron las mismas dosis ni está claro cuál es la cantidad idónea que hay que tomar para que sea preventivo.
Además, un número considerable de participantes dejaron de tomar el zumo durante los estudios, lo que sugiere, a juicio de Ruth Jepson, una de las autoras, que "el producto puede no ser del gusto de todo el mundo y puede resultar pesado beber uno o dos vasos diarios". Asimismo, reconoce que "tenemos que descubrir qué cantidad necesita beber una persona y por cuanto tiempo debe tomarlo antes de que el zumo comience a hacer efecto".
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