Un estudio de la Universidad de La
Laguna analiza la atrofia cerebral en
el tipo más frecuente de esclerosis
múltiple
Los resultados de un trabajo científico que comenzó a principios de la década de los noventa en la Universidad tinerfeña de La Laguna (ULL), por parte de un grupo de investigación de neuropsicología, y que versaba sobre las atrofias en diferentes zonas del cerebro en los pacientes que padecen esclerosis múltiple con problemas cognitivos, han sido publicados recientemente en la revista 'European Journal of Neurology', según informó hoy la institución académica en una nota.
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 26 (EUROPA PRESS)
Los resultados de un trabajo científico que comenzó a principios de la década de los noventa en la Universidad tinerfeña de La Laguna (ULL), por parte de un grupo de investigación de neuropsicología, y que versaba sobre las atrofias en diferentes zonas del cerebro en los pacientes que padecen esclerosis múltiple con problemas cognitivos, han sido publicados recientemente en la revista 'European Journal of Neurology', según informó hoy la institución académica en una nota.
Los miembros de este grupo son María del Pino Sánchez López, José Barroso Ribal, Antonieta Nieto Barco, Teresa Olivares Pérez y Tone Wollmann Engeby, quienes han contado con la colaboración del jefe de la unidad de esclerosis múltiple del Hospital Nuestra Señora de Candelaria, Ángel Hernández y, para los análisis de imágenes de resonancia magnética, con el neuroradiólogo Vicente Martín Pérez, del mismo centro sanitario.
La investigación evaluó las funciones cognitivas en pacientes con esclerosis múltiple de curso remitente-recidivante con poca afectación neurológica en dos momentos, al inicio del estudio y después de un año. La esclerosis de curso remitente es la forma clínica más común de esta enfermedad, presente en el 80 por ciento de quienes la padecen. Se caracteriza por la aparición de síntomas neurológicos de más de 24 horas de duración, con una remisión posterior total o parcial. En el caso de que dicha remisión sea parcial, se considera que el paciente presenta secuelas. El término recidivante alude a síntomas que desaparecieron y que, pasado un periodo de tiempo, vuelven a aparecer.
Se realizaron análisis de lesiones y atrofia cerebral en las imágenes de resonancia magnética de estos pacientes en los mismos momentos, con el fin de predecir a partir de estos parámetros de daño cerebral las alteraciones neuropsicológicas. Algunos de los pacientes fueron tratados con inmunomoduladores (interferones) durante el año de estudio. Este es uno de los tipos de medicamentos utilizados para suprimir, atenuar o modificar una respuesta inmune exagerada y descontrolada.
Se estudiaron los cambios en el rendimiento cognitivo y en parámetros de imagen al año, relacionados con el tratamiento y comparando pacientes tratados y no tratados. En todos estos momentos de evaluación se contó con grupos de control, es decir, sujetos neurológicamente normales.
El equipo comparó medidas de cantidad de lesión y atrofia cerebral en 52 pacientes con poca discapacidad neurológica, explorando diferentes dominios cognitivos: atención y velocidad de procesamiento, memoria verbal y visual, procesos visoconstructivos, funciones ejecutivas y programación y coordinación motora. Se calcularon índices globales y específicos para clasificar a los pacientes como alterados o no en estas funciones cognitivas, comparando su rendimiento con 51 controles emparejados neurológicamente normales.
ANÁLISIS DE LA RESONANCIA
Para los análisis de resonancia magnética se utilizaron diferentes técnicas, como la denominada de volumen de lesión en densidad de protones y la T1, puesto que las lesiones se ven de manera diferente en cada una, lo cual indica que el substrato patológico es diferente también, es decir, que captan diferentes procesos de la enfermedad.
Generalmente, las lesiones visibles en las secuencias potenciadas en densidad de protones son múltiples y de pequeño tamaño (casi siempre menores a 25 milímetros), aunque en ocasiones alcanzan gran tamaño debido a la confluencia lesional o a la existencia de lesiones pseudotumorales. Por su parte, la T1 es apropiada para controlar la pérdida d taxones en las células nerviosas (neuronas).
En las resonancias, ya fuera con una u otra técnica, se tomaron medidas de atrofia central, incluyendo el ancho del tercer ventrículo, y el área del cuerpo calloso. Gracias a este estudio, se ha podido percibir mejor las posibilidades de cada una de estas técnicas en afectados por esclerosis múltiple de curso remitente-recidivante. Así, los pacientes con alteración en atención y velocidad de procesamiento, coordinación y programación motora, o aprendizaje verbal tuvieron una mayor atrofia ventricular en comparación con los pacientes no alterados en estas funciones.
La atrofia del cuerpo calloso estuvo asociada únicamente con la alteración en memoria visual. Los pacientes con alteración de memoria visual tuvieron mayor cantidad de lesión en imágenes potenciada en densidad de protones. Después de controlar por edad y educación, un mayor ancho del tercer ventrículo fue el mejor predictor de la alteración cognitiva global y específica.
Según los responsables del estudio, estos resultados sugieren que la alteración cognitiva en pacientes con esclerosis múltiple remitente-recidivante con leve discapacidad se explica mejor utilizando aquellas técnicas que se centren en las atrofias que en aquellas que lo hacen en la lesión total.
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