Los médicos empiezan a aprovechar
las ventajas de las redes sociales
virtuales
Internet ha conectado a los pacientes que padecen una misma enfermedad. El siguiente paso será vincularlos a través de la red con los profesionales, lo que contribuirá a fortalecer la comunicación y aligerará las consultas en los centros de salud. Este modelo ya ha dado sus primeros pasos en EEUU.
MARÍA SÁNCHEZ-MONGE /EL MUNDO SALUD
Si la web 2.0 supone una segunda versión que apuesta por la participación y la democratización, su versión sanitaria ya ha ayudado a crear redes sociales de pacientes que intercambian experiencias y consejos de salud. El siguiente paso será conectarlos con sus médicos.
Al fervor tecnológico se suma la inquietud por mejorar la relación médico-paciente, lastrada por la falta de tiempo y la escasa atención que ha recibido en los planes formativos algo tan básico como la empatía, que pocas veces es innata.
Jay Parkinson, nacido en 1976 en Misuri (Estados Unidos), ha abierto una nueva senda en la práctica médica. Asegura estar «extremadamente conectado» con sus pacientes, quienes contactan con él a través de su página web, integrada en la red Hellohealth. También dispone de un perfil en Facebook. Sin embargo, no cree que haya que reinventar la práctica clínica, sino que la clave está en una adecuada combinación de elementos nuevos y viejos. De hecho, ha recuperado la visita a domicilio. No es partidario de los diagnósticos on line: lo primero que hace es acudir a la casa del paciente y realizarle una completa exploración. Tras esa toma de contacto cara a cara, lleva a cabo gran parte del seguimiento por mensajería instantánea, correo electrónico o llamadas al móvil.
Parkinson expuso su experiencia en una mesa redonda del Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), celebrado en Madrid a finales de noviembre. Su caso hay que situarlo en el contexto de Estados Unidos, cuyo sistema sanitario no cubre las necesidades de millones de ciudadanos.
Quienes asistieron a la conferencia del galeno estadounidense expresaron el gran trecho que queda para que este tipo de vinculación con los pacientes se generalice en nuestro país, aunque los expertos están convencidos de que es algo que, tarde o temprano, llegará.
La interactividad que proporciona la web 2.0 tiene su máxima expresión en el ámbito de la salud en las redes sociales virtuales, como Oncochat, Patients like me (pacientes como yo) o Beyond the Indigo (más allá del Índigo, dedicada a quienes acaban de perder a un ser querido). Aunque lentamente, los médicos empiezan a comprender los beneficios de estas comunidades en las que quienes padecen enfermedades como el cáncer o están infectados por el Virus de la Inmunodeficiencia humana (VIH) intercambian consejos y se apoyan mutuamente.
Rigor
Los pacientes olvidan la mayor parte de la información verbal que proporcionan los galenos. Con el fin de paliar dicho déficit, la participación en redes de salud puede contribuir a fijar determinadas recomendaciones saludables. De hecho, se ha comprobado que la mayoría de los datos que proporcionan los foros de internet son rigurosos. Así, un estudio publicado en British Medical Journal (BMJ) en 2006 constató que el 99% de los mensajes que se intercambian los enfermos son correctos, y que la mayor parte de ese 1% que no se ajusta a la verdad es corregido por los propios participantes en menos de 10 horas.
Según Parkinson, «ahora los pacientes están relacionándose entre sí. Lo que debería pasar es que se comunicasen con los médicos».
La implantación de comunidades virtuales en España es mucho menor que en Estados Unidos por dos motivos fundamentales: «internet no se usa tan masivamente y tenemos garantizada una asistencia sanitaria que es de las más satisfactorias de Europa según las encuestas», afirma Miguel Ángel Mayer, director de Web Médica Acreditada.
Algunos de los ejemplos de redes en nuestro país son Autocuidado.ning.com, vi.vu y paciente.experto.org. Mayer puntualiza que los usuarios de todas estas webs no pasan de unos pocos cientos. Sin embargo cree que, aunque la sanidad española sea universal, médicos y pacientes pueden aprovechar mucho más las posibilidades de la tecnología. «Redundará en más eficiencia y propiciará la resolución de cuestiones que ahora sólo se pueden abordar mediante consulta presencial», precisa el experto. «Existe un potencial extraordinario y seríamos muy tontos de no aprovecharlo», concluye.
Ya hay síntomas de que el cambio se está produciendo. Aunque no sea en el terreno estricto de la salud, las redes sociales han irrumpido con fuerza. En enero de 2008 no llegaban a 200.000 los usuarios de Facebook (uno de los puntos de encuentro más populares) en España, pero el año concluirá con unos dos millones de incorporaciones.
Entre las reticencias que expresan los profesionales de cara al uso de herramientas como internet o el móvil en su relación con los pacientes se encuentra el temor a que la comunicación por correo electrónico o mediante mensajería instantánea pueda dar lugar a reclamaciones jurídicas. Sin embargo, Parkinson asegura que ese miedo es infundado y que basta con estar al tanto de cuestiones como la normativa de protección de datos.
La falta de tiempo es otra de las excusas que aducen los médicos para no ponerse al día en las cuestiones ciberespaciales. Esta es, asimismo, la razón por la que muchos de ellos creen que la relación médico-paciente adolece de una falta de comunicación y de confianza.
Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de la deshumanización de la medicina. Los gurús de la Red creen que la tecnología ayudará a restablecer la conexión perdida. Sin embargo, no basta con la innovación: es preciso formar a los profesionales para que sepan tratar a los pacientes en todo lo que va más allá de lo puramente médico.
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