martes, 13 de mayo de 2008

ENCUESTA A 22.500 PERSONAS

España, uno de los

países más favorables

hacia la investigación

con células madre

Las reservas morales y las creencias religiosas influyen en la percepción sobre el tema
La creación de embriones híbridos es rechazada por muchas sociedades




martes 13/05/2008 - ISABEL F. LANTIGUA
Los científicos llevan más de una década alabando los potenciales beneficios de las células madre para tratar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. Sin embargo, sus mensajes no terminan de calar en la población. ¿Qué saben realmente los ciudadanos sobre el tema? ¿Están a favor o en contra? ¿En qué basan sus ideas? El 'Estudio Internacional sobre Actitudes hacia la Biotecnología', de la Fundación BBVA, indica que el nivel de comprensión sobre las células madre es aún escaso en la mayor parte de las sociedades y que las creencias se basan en valores morales y religiosos en vez de en conocimientos concretos.

España es uno de los lugares más abiertos a la investigación con células madre, aunque su postura es una cuestión de instinto más que de sabiduría. "El rápido desarrollo que vivió el país en poco tiempo está detrás de su actitud favorable. Los ciudadanos ven bien cualquier avance porque lo identifican con un signo de progreso", explica Mariana Szmulewicz, del departamento de Estudios Sociales de la Fundación BBVA.

Es así aunque no entiendan bien de qué va la cosa. El 60,2% de los españoles reconoce que ha leído noticias sobre células madre, pero les cuesta asimilar los conceptos, pues un 59,1% sigue sin saber que estas células se pueden convertir en tejidos especializados. Menos son los que conocen cuál es el procedimiento para obtenerlas. Pero, a pesar de todo, acogen con los brazos abiertos el avance científico, al igual que Dinamarca, Suecia, Holanda y la República Checa.

En el otro extremo se sitúan Austria y Alemania, que ven con peores ojos la investigación. "El rechazo mostrado por alemanes y austriacos está influido por su historia. El recuerdo del nazismo y de los experimentos que se llevaron a cabo durante esa época hace que tengan mucho miedo a estos asuntos", reconoce Szmulewicz.

A diferencia de otros hitos científicos, que se han abierto paso de manera silenciosa, las células madre generan un gran debate. El estudio, realizado con 22.500 ciudadanos de 15 países -Austria, Alemania, Dinamarca, España, EEUU, Francia, Holanda, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Polonia, Reino Unido, República Checa y Suecia- apunta cuáles son los aspectos más polémicos.

¿Derechos o beneficios?

Los participantes españoles, unos 1.500 aproximadamente, consideran que "la investigación con embriones humanos para obtener células madre es muy útil", especialmente cuando se les informa de que puede ser la puerta para futuros tratamientos, como por ejemplo contra la diabetes.



Y tampoco creen que se trate de una investigación "inmoral", como la califican en Alemania, Austria, Polonia, Japón, Israel y EEUU.

Ante la pregunta de si deben prevalecer los beneficios médicos por encima de los derechos del embrión, España es uno de los seis países que responde afirmativamente. Además, se acepta tanto la utilización de embriones sobrantes de tratamientos de reproducción asistida como los creados específicamente para tal fin, algo que rechazan los demás países, salvo la República Checa, Reino Unido, Italia y Polonia.

Entre conjuntos de células y seres humanos

Las creencias religiosas condicionan las ideas sobre los embriones y las células madre. Los individuos no creyentes tienen una visión estrictamente biológica y tienden a considerar a un embrión de pocos días como un conjunto de células, por lo que afirman que no tiene sentido hablar de su condición moral. Es lo que mantienen los científicos y también el 27% de los españoles.

La visión de las personas religiosas, tanto si son católicas como protestantes, es otra. Defienden que la condición moral del embrión está más próxima a la de un ser humano que a un conjunto de células. Así opina el 41,3% de los católicos en España.

Sin embargo, las ideas positivas hacia las células madre no logran borrar del todo las preocupaciones. Uno de los miedos de la sociedad española es que se "abra la puerta a otros usos moralmente rechazables".

Ante la posibilidad, aprobada en el Reino Unido, de crear embriones híbridos (mezcla de humano y animal) para obtener células madre, España muestra sus reparos, pero es junto a Italia, Israel, Dinamarca y la República Checa uno de los países más receptivos a estudiar la cuestión, mientras que los demás se niegan, ya que temen que "se pierda el control y se acabe creando monstruos del tipo Frankenstein".

En cuanto a la legislación España va a contracorriente, ya que mientras la mayoría de países europeos prefiere que las normas que regulen la investigación se decidan a nivel nacional, los ciudadanos españoles, que ya cuentan con una legislación propia bastante avanzada, optan por que se regule a nivel europeo.

No hay comentarios: