miércoles, 21 de diciembre de 2011

El 96% de diagnósticos en EM

son fiables en LCR

El Servicio de Análisis de Bandas Oligoclonales en Líquido Cefalorraquídeo del Hospital Virgen Macarena, de Sevilla, cumple diez años de su creación. Se ha convertido en un servicio de referencia nacional.

El análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) permite detectar enfermedades neurológicas del sistema nervioso central y es un componente de transmisión de inmunidad.

"Precisamente, esas alteraciones de la inmunidad pueden dar lugar a disfunciones como la esclerosis múltiple (EM) y, por eso, el LCR es el mejor sitio para detectar estas alteraciones", ha explicado Guillermo Izquierdo, director del Servicio y jefe de la Unidad de Gestión Clínica de Neurociencias del Hospital Virgen Macarena, de Sevilla.

En las bandas oligoclonales se observan unas alteraciones en el LCR que sirven para saber "que tenemos EM porque es prácticamente la única enfermedad que produce una alteración inmunológica en el líquido y no en el suero; entonces, en ese análisis somos capaces de detectar con mucha seguridad el diagnóstico, con la ventaja de que es mucho más sensible que cualquier otra técnica, como la resonancia magnética (RM)". Por tanto, las posibilidades de "encontrar a un paciente con EM y que no tenga las bandas son mínimas: existe una sensibilidad del 96 por ciento en nuestro laboratorio y una alta especificidad".

El primero que implantó esta técnica en España fue el Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. "Aprendimos con ellos y comprobamos que era muy útil y, por eso, ahora muchos centros de Andalucía y del resto del país que no disponen de ella nos envían el líquido de los pacientes para su análisis y para tener la seguridad del diagnóstico". Además, según ha comentado el neurólogo, es relativamente sencilla, pero realizarla de forma correcta resulta más complicado y hace necesaria la presencia de un personal muy adiestrado.

El balance que ha hecho Izquierdo tras diez años prestando este servicio es que ha servido para mejorar el diagnóstico de muchos pacientes y así poder tratarlos antes, con las consiguientes ventajas que tiene. "La EM, si se trata pronto, evoluciona muy bien, pero si no, puede producir discapacidades importantes, incluso que los enfermos lleguen a la silla de ruedas, y esto nos ha permitido que el servicio no haya hecho más que aumentar. Hemos pasado en estos diez años de hacer 50 estudios al año a hacer ahora 800".

Proyectos colaborativos

La ventaja de realizar un estudio con tantos hospitales -ha apuntado Izquierdo- es que permite comparar los resultados en cuanto a la sensibilidad y especificidad, pero además se pueden buscar otros marcadores dentro del LCR. Fruto de los proyectos de colaboración con otros centros, "hemos observado que se puede mejorar este servicio con la informatización para conseguir que las bandas oligoclonales sean visibles más rápidamente a través de internet y poder efectuar un análisis morfométrico de ellas, poniéndolas en relación con la evolución y la respuesta al tratamiento".

Por otra parte, en cuanto a los futuros proyectos de investigación, "estamos demostrando que el empleo de medicamentos como el natalizumab (que saldrá al mercado dentro de poco) puede conseguir que un determinado número de bandas desaparezcan en los pacientes que responden bien al tratamiento". El neurólogo ha comentado también que hay estudios de bandas oligoclonales no sólo de inmunoglobulina G (IgG), sino de inmunoglobulina M (IgM) -bandas cuya presencia se relaciona con un peor pronóstico de la enfermedad- y que pueden servir para valorar cambios de tratamiento. "Colaboramos además con la Universidad de Harvard de Estados Unidos para realizar estudios con microarrays que permiten estudiar multitud de marcadores; con un análisis se pueden hacer más de 500 estudios a la vez".

Y, por último, hay otra línea de colaboración con el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (CBGP) de Madrid. "Este grupo tiene marcadores muy específicos con un virus de las plantas que son muy sensibles y capaces de detectar cantidades muy pequeñas de proteínas que nosotros no podíamos estudiar hasta ahora".

Las posibilidades de encontrar a un paciente con esclerosis múltiple que no tenga las bandas oligoclonales son mínimas Colaboramos con la Universidad de Harvard para realizar estudios con 'microarrays' que permiten analizar multitud de marcadores



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