miércoles, 15 de abril de 2009

EEUU y Japón estudiarán

conjuntamente células madre

Por TOMOKO A. HOSAKA
© 2009 The Associated Press
Un nuevo equipo de investigadores estadounidenses y japoneses ingresó en la carrera global para perfeccionar la tecnología que ofrezca una alternativa a la investigación de células madre embrionarias.

La tecnología es atractiva entre otras razones porque no requiere el uso de embriones humanos, un proceso que algunos rechazan por razones éticas o religiosas.

La Universidad de Kioto y la compañía biotecnológica iZumi Bio Inc. de San Francisco, California, empezarían a colaborar en la tecnología de células madre "inducidas pluripotentes", que utiliza células de la piel.

Esta tecnología, llamada "iPS" por sus siglas en inglés, altera las células humanas de la piel para que funcionen como células madre embrionarias, capaces de transformarse en células cardíacas y nerviosas o de utilizarse en terapias nuevas para enfermedades hasta ahora incurables.

La nueva sociedad incluye a dos grandes del sector.


Shinya Yamanaka, científico de la Universidad de Kioto, dirigió uno de los dos primeros equipos generadores de células iPS humanas a fines de 2007. iZumi Bio fue fundada en 2007 con el respaldo de la firma de capitales de inversión Kleiner Perkins Caufield and Byers, uno de cuyos socios es el ex vicepresidente Al Gore.


"La sociedad de estas dos organizaciones líderes es un paso crucial para desarrollar esta investigación y acelerar la transformación de la investigación con células madre en realidades terapéuticas", dijo Gore en un comunicado.


La firma californiana dijo que las primeras investigaciones se centrarán en tres trastornos neurológicos: el mal de Parkinson, la atrofia muscular espinal y la esclerosis lateral amiotrófica.

Sin embargo, cuando se anunció el año pasado la transformación de las células de la piel en células troncales, la técnica requería alterar el ADN de las células, lo cual eleva el riesgo de cáncer.

Los especialistas señalaron que por esa razón, esos tejidos eran inaceptables para el tratamiento de enfermedades como Parkinson o heridas de la médula espinal.
Para evitar esos riesgos, otros científicos exhortan a que se exploren vías alternativas tales como la clonación
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