Un grupo de la Universidad de Utah ha identificado en modelo de gusano un gen esencial para la regeneración de células nerviosas. Sobreactivando dlk1 se puede acelerar la reparación, según publican hoy en Science.
DM Nueva York 23/01/2009
Sobreactivar el gen dlk1 en modelo de gusano acelera la regeneración de células nerviosas previamente dañadas. Así lo señala hoy en Science un equipo de investigadores de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, que ha coordinado Michael Bastiani. Los autores han descubierto también que este gen y una vía de señalización relacionada no son necesarios para el normal desarrollo nervioso del embrión.
DM Nueva York 23/01/2009
Sobreactivar el gen dlk1 en modelo de gusano acelera la regeneración de células nerviosas previamente dañadas. Así lo señala hoy en Science un equipo de investigadores de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, que ha coordinado Michael Bastiani. Los autores han descubierto también que este gen y una vía de señalización relacionada no son necesarios para el normal desarrollo nervioso del embrión.
Para llegar a esta conclusión se han valido de gusanos nematodos, similares a escala molecular al ser humano. La vía de señalización ligada a dlk1 también existe en el hombre, aunque aún queda por determinar si su función es exactamente la misma que en el gusano. El núcleo de la cadena molecular localizada está compuesto principalmente por cinco genes: el más importante es dlk1, conocido como triple cinasa MAP, cuya sobreactivación hace que los nervios dañados se regeneren de forma más rápida; por el contrario, si su acción se inhibe, el proceso de regeneración no tiene lugar.
Centrado en axones
Los autores apuntan que las células nerviosas pueden regenerarse en el embrión, pero que pierden esta capacidad mientras un organismo envejece. La mayoría de las células nerviosas adultas "se regeneran poco o nada", aunque las periféricas (propias de las extremidades) tienen mayor capacidad que las neuronas del sistema nervioso central; aún se desconoce por qué.
El trabajo se ha centrado en la regeneración de axones. Gracias al desarrollo de una tecnología genética se ha mutado un gen de gusano que produce una proteína conocida como beta-espectrina, que apoya la flexibilidad de las células nerviosas. Los gusanos desarrollados genéticamente carecían de esta proteína, por lo que sus nervios se rompían en pruebas in vitro.
Utilizando la tecnología de la interferencia por ARN se suprimió la función de 5.000 de los 20.000 genes con los que cuenta un nematodo: "Este proceso se hizo de forma individual para cada gen. Uno por uno, observamos su capacidad de regeneración por medio de la introducción de un gen de medusa en el gusano, que hacía fluorescentes sus células nerviosas".
Un adulto, como un joven
De esta forma se descubrió el papel crucial del gen dlk1 en la interrupción o aceleración del proceso de regeneración, y fue posible lograr "que un gusano adulto regenerase sus tejidos dañados, algo que normalmente no es capaz de hacer y, además, que realizara este proceso con la misma intensidad que lo hace un gusano muy joven". Bastiani, que pertenece al Instituto Neurológico de la citada universidad, ha explicado que este hallazgo supone una nueva diana molecular para un futuro fármaco que pueda mejorar la capacidad de una neurona de regenerarse.
En esta línea, Erik Jorgensen, director científico del centro, cree posible el desarrollo de moléculas capaces de activar esta vía de señalización para estimular la regeneración de células nerviosas: "Aunque por ahora no podemos hacerlo, este estudio abre una nueva vía para realizar un acercamiento más racional a la recuperación de tejido cerebral". Paola Nix, coautora del trabajo, cree que se abre una nueva posibilidad para tratar daños medulares.
(Science; DOI: 10.1126/ science.1165527).
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