“La herencia genética explica
el 50% de la esclerosis múltiple”
Emilio de Benito - El País - 11 JUN 2012
El argentino Jorge Oksenberg (Avellaneda, 1954) es un experto en esclerosis múltiple. Su última visita a Madrid fue para participar en unas jornadas organizadas por Nature y la Fundación Ramón Areces sobre enfermedades autoinmunes. Este grupo de patologías es de las más desconocidas. Tanto que incluso hay dudas de incluir la esclerosis múltiple. “No se puede decir que lo sea al 100%, pero sí que hay evidencias de que así sucede, aunque haya un virus que la provoque. Porque lo que no sabemos es la causa. Tenemos más claro el efecto: una grave discapacidad crónica del sistema nervioso central”, dice el médico.
La última teoría la relacionaba con un virus, el de Epstein-Barr, pero aquellos datos parece que se han desinflado. Oksenberg, sin embargo, no se muestra tajante al descartarlo. “Hay una enorme cantidad de datos epidemiológicos y evidencias de laboratorio que lo relacionan”, dice.
Las enfermedades autoinmunes han ganado relevancia en los últimos años. El lupus, la artritis reumatoide, el síndrome fosfolipídico o, incluso, la colitis ulcerosa parecen relacionadas. Lo único que parece claro es que hay una predisposición genética, pero todavía no se ha descubierto una relación unívoca “que permita hacer una prueba para el diagnóstico precoz”, dice el neurólogo.
“Pero el entorno también influye. Por ejemplo, hay un estudio magnífico de un argentino, Jorge Corrale, que demuestra que algunas enfermedades parasitarias tienen un efecto protector. Se produce una neuromodulación porque la respuesta inmune es diferente”. La idea recuerda a esa hipótesis de que los niños que viven en entornos extremadamente limpios luego contraen más infecciones. “Sí, esa hipótesis todavía está entre nosotros”, afirma Oksenberg, no demasiado convencido.
Pero al investigador, en este momento, le preocupa menos conocer la causa de la enfermedad que desarrollar tratamientos. “Lo que está claro es que la esclerosis múltiple es multifactorial. Sabemos mucho de los genes implicados y podemos la herencia genética explica el 50% de la enfermedad.
Esta tiene dos fases. Una inflamatoria, primero, y una neurodegenerativa, después. La inflamatoria supone el 80% de los casos, pero para esa etapa hay una fantástica línea de productos”. Mucho peor está la segunda fase, “porque todavía no sabemos cómo reparar el cerebro”, dice.
La situación puede mejorar. La mayor popularidad y conocimiento de este tipo de dolencias “ayuda”. Aunque Oksenberg no descarta que esta fama no sea intencionada. “Hasta hace poco no había tratamiento, y por eso la esclerosis no salía del armario. Ahora hay una gran esperanza de nuevos productos, y eso activa al lobby de los laboratorios. Hay que tener en cuenta que los antiinflamatorios pueden ser muy caros y muy rentables. Además, la enfermedad tiene un desarrollo muy largo, y eso es muy interesante para los laboratorios”, dice.
No todo son motivos tan interesados. “Además, esta enfermedad tiene un elevadísimo coste social porque es devastadora; es una gran causa de discapacidad”, dice el médico. “Antes la percepción era de que no era tan mala, pero lo es. Y mucho”.
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