miércoles, 30 de noviembre de 2011

INCONTINENCIA URINARIA

Y ESCLEROSIS MÚLTIPLE

• El tratamiento con toxina botulínica tipo A mejora los pacientes con esclerosis múltiple e incontinencia urinaria asociada a hiperactividad del músculo detrusor de la vejiga.

• Igualmente, la elección de un absorbente adecuado ayuda a mejorar la calidad de vida

Madrid, 30 de noviembre de 2011

La esclerosis múltiple es una enfermedad de carácter crónico que consiste en la aparición en el sistema nervioso central de lesiones degenerativas y desmielinizantes. Dependiendo del lugar afectado, podrán manifestarse distintos síntomas o alteraciones de las funciones. Las alteraciones en las señales nerviosas necesarias para el control de la micción, puede ocasionar problemas para retener la orina, por lo que la incontinencia urinaria afecta frecuentemente a los pacientes con esclerosis múltiple.

 Toxina botulínica y calidad de vida

En un reciente trabajo realizado por diferentes autores (Khan S, Game X, Kalsi V, Gonzales G, Panicker J, Elneil S, Apostolidis A, Hamid R, Dasgupta P, Kessler TM, Fowler CJ ) se analizó el efecto en la calidad de vida producido por la administración de inyecciones intravesicales de toxina botulínica tipo A en pacientes con esclerosis múltiple, que adicionalmente presentaban un tipo de incontinencia urinaria relacionada con la hiperactividad del músculo detrusor, refractaria a otros tratamientos.

Este trabajo demostró que con este tratamiento, y en estos casos específicos, mejoraba la calidad de vida de estos pacientes. Estas son las conclusiones de este trabajo extraídas por la doctora María Jesús Cancelo Hidalgo, ginecóloga Jefa de Sección del Servicio de Ginecología del Hospital universitario de Guadalajara. Secretaria de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) y miembro permanente del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI).

Se ha realizado un seguimiento de estos pacientes (hombres y mujeres) midiendo su calidad de vida, vía escalas validadas para este fin como son la Urogenital Distress
Inventory, la Incontinence Impact Questionnaire y el cuestionario EuroQol-5, antes de la inyección de la toxina botulínica. Cuatro meses después de la administración del tratamiento, se encontró una mejoría en la continencia de orina y, consecuentemente, en su calidad de vida. Aunque es sabido que la mejoría de los síntomas con la inyección de toxina botulínica es temporal y se precisa repetir el tratamiento, los resultados del estudio indican que el intervalo entre las inyecciones en muchos de los pacientes alcanzó periodos de 12-13 meses. Otros precisaron repetir el tratamiento en espacios de tiempo más cortos.

 Absorbente adecuado y calidad de vida

La realidad es que todas las formas de incontinencia pueden provocar una alteración negativa en la calidad de vida de las personas que la padecen, de ahí que la necesidad de mejorar imperiosamente este aspecto sea el objetivo principal perseguido por los diferentes tratamientos empleados en la incontinencia, sean cuales sean.

El beneficio en la calidad de vida de una actuación o tratamiento, no siempre está relacionada con una disminución en los episodios de escapes de orina y así, por ejemplo, la utilización de absorbentes adecuados mejora la calidad de vida de los pacientes con incontinencia.

La elección adecuada del tipo de tratamiento paliativo, en este caso del absorbente, en función de las características del paciente, tiene un beneficio añadido al evitar los escapes indeseables y la seguridad en el mismo, lo que permite mejorar la actividad social, la capacidad de relación y finalmente, la propia autoestima.

Si en todos los pacientes con incontinencia de orina, y con independencia del origen de la misma, debería considerarse la adecuada elección de los absorbentes tras una prescripción individualizada, en los personas con esclerosis múltiple, con una mayor razón. Además, siempre que sea factible, se procederá a la supresión de sondajes semi-permanentes para evitar potenciales infecciones urinarias, por un absorbente ajustado al tipo de incontinencia y perfil del usuario, considerando adicionalmente, no sólo los aspectos básicos funcionales del producto, sino también todas las circunstancias accesorias del mismo (neutralización del olor, discreción, comodidad, ajustabilidad, transpirabilidad, etc.) que en gran cantidad de casos, pasan a ocupar un primer lugar.

Igualmente, la presencia de un cuidador debidamente formado (ver Guías del ONI enfocadas tanto al profesional sanitario como al cuidador y al paciente www.observatoriodelaIncontinencia.es) resulta imprescindible para facilitar la calidad de vida en las etapas avanzadas del padecimiento.

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