viernes, 10 de mayo de 2013

Esclerosis múltiple: toxicidad,

clave en la individualización

de la terapia

Se espera una nueva oleada de medicamentos orales con demostrada eficacia pero cuyo perfil de seguridad despierta dudas y obliga a un estudio individualizado del riesgo-beneficio.

NAIARA.BROCAL@CORREOFARMACEUTICO.COM | N. B. C.   |  06/05/2013

La oleada de medicamentos que se avecina para la forma recurrente-remitente de la esclerosis múltiple (EM) trae consigo el reto de la individualización. Una nueva generación de fármacos orales, y algunos inyectables, se espera que estén disponibles en los próximos años con un perfil de eficacia muchas veces superior al arsenal antiguo, pero con incertidumbres sobre su seguridad. El manejo de las toxicidades es uno de los principales retos que implica el manejo de las nuevas opciones, según los expertos participantes en una jornada sobre EM organizada por Teva en Viena el 26 y 27 de abril.

De los orales, fingolimod ya está en el mercado, dimetilfumarato y teriflunomida, bajo la evaluación de la EMA, y teriflunomida y laquinimod, en fase avanzada de desarrollo. De llegar al mercado, se unirían a los interferones, el acetato de glatirámero, el natalizumab y la mitoxantrona.

"Saldrá una plétora de nuevos tratamientos, pero también de efectos secundarios, por lo que hay que intentar manejarlos con cuidado y será valorable la experiencia", explica Julián de Benito, del Servicio de Neurología del Hospital Doce de Octubre (Madrid).

PROCESO DE APRENDIZAJE

Un factor determinante será la gravedad y el pronóstico del paciente, entiende Óscar Fernández, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Carlos Haya, de Málaga, que permitiría emplear medicamentos con mayores riesgos y eficacias: "Estamos aprendiendo a manejar el concepto de beneficio-riesgo".
 


Giancarlo Comi, de la Universidad Vita-Salute San Raffaele, de Milán (Italia), destaca que se necesita ser "muy flexible para conseguir la mejor opción para cada paciente". El tratamiento se está complicando hasta tal punto que entiende que "en el futuro en muchos países, incluida España, no en todos los centros se podrá acceder a los fármacos, sino que habrá algunos dedicados a ello".

Todo tratamiento nuevo, recuerda De Benito, implica la incertidumbre sobre sus efectos a largo plazo, que recuerda que también el dimetilfumarato se ha asociado recientemente a leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP), aunque esta relación no está clara.

Debido a que la aparición de unos pocos casos de enfermedad grave pueden cambiar por completo las perspectivas de un producto, Per Soelberg, del Hospital Universitario Rigshospitalet, de Copenhague (Dinamarca), no se atreve a aventurar cuál de estos medicamentos será el más empleado. "Cuando se decide un tratamiento con un paciente, la cuestión que más miedo provoca son los efectos secundarios", señala. En esta línea destaca la controversia sobre el uso temprano de terapias agresivas, como alemtuzumab, que "probablemente" sería el medicamento más eficaz. "Yo no lo veo claro", afirma, y no creo que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) lo autorice así.

MÁS ADHERENCIA

En este consenso con el paciente sobre la decisión del tratamiento, De Benito destaca la importancia de la formulación oral, que redundaría en una mayor adherencia al tratamiento de la esclerosis múltiple. "Cuando se ha hecho algún estudio sobre calidad de vida se ha visto que la inyección, aunque parezca una tontería, tiene un gran impacto, sobre todo en las mujeres, ya que es frecuente que provoque reacciones indeseadas".
 


Los expertos destacan el valor de contar con un amplio abanico donde elegir. Y en esta línea Fernández advierte de la importancia de que "no se hable del concepto de equivalencia terapéutica, porque son distintas armas para tratar a los enfermos y hay que buscar el mejor fármaco para tratar a un paciente determinado".

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