martes, 18 de agosto de 2009

Un fármaco contra la hipertensión

podría ser útil en el tratamiento de la

esclerosis múltiple

Sus propiedades antiinflamatorias podrían tener beneficios neurológicos

Una hormona que controla la tensión arterial también está implicada en la esclerosis

18/08/2009 - Maria Valerio - elmundo.es
Todo empezó gracias a un falló en el ordenador. Al profesor Lawrence Steinman, un prestigioso neurólogo dedicado a la esclerosis múltiple, le diagnosticaron hipertensión. Al llegar a casa, tecleó en su ordenador el nombre del tratamiento que le acababa de recetar su médico y, para su sorpresa, la pantalla le dio la pista para emprender una investigación que ahora acaba de ver la luz en las páginas de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

El ordenador de este científico se empeñaba machaconamente en añadir las palabras 'esclerosis múltiple' a cualquier búsqueda que él realizara en Internet. Por eso, al teclear el medicamento que debía tomar para bajar la tensión, lisinopril, descubrió algunos estudios anteriores que relacionaban una enzima alterada en la hipertensión sobre la que actúa el fármaco (la angiotensina) con la enfermedad neurológica de la que él es especialista.

Steinman, profesor en la Universidad de Stanford (en EEUU), se planteó entonces si el mismo fármaco que toman millones de personas en todo el mundo para bajar la tensión arterial, podría tener algún efecto en la esclerosis, una enfermedad autoinmune, inflamatoria y degenerativa que hace que el propio organismo ataque las capas de mielina que recubren los circuitos neuronales.

Propiedades antiinflamatorias


El vínculo entre ambas patologías parece ser la angiotensina, una hormona que ayuda a regular la presión arterial. Lisonipril bloquea la sobreactivación de esta sustancia en hipertensos, pero tiene además propiedades antiinflamatorias.

"El principal sistema fisiológico que controla la tensión arterial también empeora la inflamación en el cerebro de pacientes con esclerosis", explica Steinman a elmundo.es; "y los fármacos que bloquean la angiotensina también podrían beneficiarles; aunque aún habrá que comprobarlo mediante ensayos clínicos".


Primero en muestras de tejido de fallecidos con esclerosis múltiple y después con modelos de ratones de laboratorio genéticamente modificados, Steinman se dispuso a confirmar su hipótesis. "La esclerosis y la ateroesclerosis [el bloqueo de las arterias en el que puede desembocar tener tensión alta], comparten algo más que la terminación de las dos palabras", asegura convencido el investigador.

Pendiente de ensayos clínicos

En tejido cerebral obtenido de autopsias, el neurólogo comprobó que las lesiones causadas por la esclerosis mostraban niveles muy elevados de angiotensina. Posteriormente, administrando a los roedores una dosis del antihipertensivo similar a la que tomaría un paciente humano, observó que pese a tener esclerosis, los animales no sufrían la evolución hacia la parálisis característica de este mal neurodegenerativo. Incluso en animales que ya habían desarrollado los síntomas, el tratamiento consiguió revertir la parálisis de los animales.

De momento, sin embargo, el neurólogo insiste en que se trata de resultados preliminares, llevados a cabo con animales. Harán falta muchos ensayos más en humanos antes de poder asegurar que el fármaco antihipertensivo puede ser útil de alguna manera para pacientes con esclerosis múltiple. De hecho, explica el autor, habría que probar si se puede emplear junto a otros medicamentos neurológicos para alcanzar mayores beneficios.

Gracias a las conclusiones de esta investigación, Steinman puede presumir de ser a la vez el padre de uno de los medicamentos más modernos y caros para la esclerosis (natalizumab), como de haber hallado una posible vía, sencilla y barata, gracias al antihipertensivo lisinopril. “Siempre es bueno mirar nuevas posibilidades”, concluye.


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