miércoles, 2 de abril de 2008

Cornellà impulsa un

programa de ayuda a los

discapacitados.


Una moderna silla de ruedas trasladará a las personas que no pueden salir de casa.

XAVIER ADELL - CORNELLÀ
Vivir eternamente encerrado dentro de la propia casa es el drama al que se enfrentan muchas personas con problemas de movilidad que residen en bloques sin ascensores o que no tienen quien les ayude a bajar las escaleras para ir a comprar o al médico, o simplemente para dar un paseo en silla de ruedas.


Para atajar este problema, el Ayuntamiento de Cornellà y la Fundació Privada per a l'Atenció a Persones Dependents acaban de poner en marcha un programa de atención personalizada que permitirá ayudar a salir de casa a los vecinos que lo precisen.

En Cornellà existen cerca de 3.000 viviendas que no están adaptadas a personas con minusvalía o que carecen de ascensor y más de 3.600 vecinos están en posesión del certificado que acredita algún tipo de discapacidad. Aunque es difícil saber cuántas personas forman parte de ambos grupos a la vez, la Fundació Privada per a l'Atenció a Persones Dependents calcula que este año cerca de 400 usuarios podrán beneficiarse del nuevo servicio.

SIN ESFUERZO
La estrella del programa de ayudas es el uso de un novedoso modelo de silla de ruedas con batería eléctrica que permite subir y bajar a un enfermo o a un anciano por las escaleras prácticamente sin esfuerzo. La fundación dispone de tres sillas y ha contratado a tres personas para manipularlas que han realizado un curso de 450 horas.

El servicio se puso en marcha hace dos semanas y ya atiende diariamente a 10 personas fijas y a algunas esporádicas. Antes de aceptar a un nuevo usuario los técnicos verifican que la escalera permita el paso de la silla y que el enfermo no supere los 120 kilos. El precio del servicio es de 180 euros mensuales para los fijos y 28 euros para los puntuales.

Josep Serrano, director gerente de la fundación, explica que la puesta en marcha del nuevo servicio de ayuda permitirá que sus beneficiarios "puedan seguir viviendo en su casa y no tengan que irse a una residencia". Además, según Serrano, el programa garantiza a sus usuarios "un tipo de vida autónoma", algo muy apreciado a ciertas edades.

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