lunes, 22 de octubre de 2007

Emigrantes sanitarios


La marcha de profesionales sanitarios hacia países más favorecidos es preocupante

Apenas hay 3.000 enfermeras para tratar a una población de 12 millones

el mundo viernes 19/10/2007
AFP
BLANTYRE.- Para Hilda Maganga, enfermera en Malawi, atender a los enfermos de su país, minado por el sida y la pobreza, es fundamental. Pero no puede evitar pensar que en el extranjero cobraría mucho más y sus condiciones serían mucho mejores.
"Me gustaría trabajar dos años en Gran Bretaña, ganar dinero y después retirarme aquí", explica esta mujer de 54 años.
No es la única que lo piensa. A lo largo de la última década, sólo Estados Unidos y Gran Bretaña han atraído, cada año, a alrededor de 120 enfermeras de Malawi, según el ministerio de la Salud nacional.
Por eso, en el país africano, donde 14% de la población está infectada por el VIH, la presión sanitaria no ha sido nunca tan fuerte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que haya un mínimo de 100 enfermeras y 20 médicos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, en Malawi atienden a esta población una media de dos doctores y 56,4 profesionales sanitarias.

Graves carencias

"La situación es verdaderamente mala. Se trata de una crisis", estima Dorothy Ng'oma, directora de la Organización nacional de enfermeras y comadronas de Malawi.
"Sólo hay 3.000 enfermeras registradas para una población de 12 millones de habitantes. Y estas tienen que hacer frente a una pesada carga de trabajo relacionado con numerosas enfermedades infecciosas como el sida, la tuberculosis o el paludismo", añade Ng'oma.
Según una encuesta del ministerio de Sanidad, el 60% de los puestos de enfermería de las zonas rurales, donde vive la mayoría de la población, permanecieron vacantes en 2006.
Y la situación parece seguir agravándose. En los últimos cinco años, la mitad de los 70 médicos que se marcharon al extranjero para realizar una especialización no volvieron a Malawi al terminar sus estudios.
Para la ONG Médicos sin Fronteras, la falta de personal es particularmente grave en los distritos de Thyolo y Chiradzulu, en el sur, donde el número de enfermeras del hospital principal ha descendido de 50 a 28 en el último año.
"La situación es dramática y representa, desde nuestro punto de vista, una urgencia de primer orden que todavía permanece subestimada", subrayaba Ulrike von Pilar, a la cabeza de la misión de Médicos sin Fronteras en Malawi en un informe de actividades reciente.

El Gobierno toma medidas
Con el fin de atajar el problema, el gobierno ha lanzado un plan para los próximos tres años que prevé un aumento medio de los salarios en un 52%, gracias a un fondo de 236 millones de dólares creado por varios donantes.
Este programa también prevé mejorar la formación de los profesionales, repatriar a aquellos que han abandonado el país o reclutar a médicos extranjeros.
Sin embargo, los salarios seguirán siendo muy inferiores a los que se ofrecen en Occidente y el plan tampoco resuelve el problema de las jubilaciones.
Después de tres años, Hilda Maganga ha retomado su trabajo en el servicio pediátrico del hospital central 'Queen Elizabeth' de Blantyre, pero ve pocos cambios con respecto al momento en el que se jubiló con una prima única de 1.000 dólares. "Calderilla por 25 años de servicio", reflexiona. "Esta es una de las razones por las que las enfermeras malawitas abandonan sus puestos y se van a Gran Bretaña", remarca.
La ministra de Sanidad del país, Marjorie Ngaunje, reconoce que "hay serios problemas. Malawi debe formar un millar de enfermeras al año si queremos poner punto final a esta situación", ha declarado.
La organización Médicos sin Fronteras advierte, por su parte, que la falta de personal médico podría sabotear el ambicioso proyecto de las autoridades de distribuir gratuitamente antirretrovirales a 150.000 seropositivos desde ahora hasta el fin de 2008.

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